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La luz del sol

En un pequeño pueblo, donde no existe el internet, o alguna forma de comunicación. Donde lo primero que te enseñan es a seguir órdenes y nunca reclamar nada, sin importar lo inhumano que pueda ser, un lugar en que los colores son opacos son una regla a usar, no existe la luz de la diferencia entre las personas.

En el que nunca has escuchado risas o llanto, un lugar donde sonreír está prohibido y hablar es considerado un delito... Las escuelas, hospitales y leyes para proteger a las personas no existen, tener un libro significa una pena de muerte y tener más de un hijo no está permitido. No conoces que es la diversión, que es jugar, que es la felicidad y que es disfrutar de estar vivo. Un sitio en el que deseas estar muerto, para poder alejarte de esa pesadilla.

Una vida tan monótona y tan mecánica, todos tus movimientos están calculadas y tus opiniones no significan nada. El dinero no se utiliza porque nadie tiene permitido tener pertenencias, todo es del dictador que los observa desde una gran pantalla, en silencio absoluto.

Un lugar en el que el mejor momento de tu día a día es cuando duermes, cuando eres libre de sus reglas...

Porque ni el deseo de estar bajo tierra te lo conceden, sabiendo que es la única forma de alejarse de ellos.

Todos saben de la realidad de este terrible lugar, de la horrible vida que tienen que soportar estas personas, durante toda su existencia hasta su ordinario final, que tanto anhelan. Todos sin excepción saben de qué es real, esta atroz situación, y sin embargo... nadie hace nada.

Lo ven como un espectáculo, donde ellos solo son observadores y los que viven en ese deprimente lugar, son los actores de un acto que nunca termina. Viajan grandes cantidades de kilómetros para poder observar esta terrible sociedad, toman fotos como si fuera un momento hermoso, sonríen en frente de ellos mientras que los otros lo único que pueden hacer es callar y mirar al suelo con obediencia, conversan como si fuera lo más normal del mundo, sabiendo que lo tienen prohibido, usan colores tan vivos fascinando a la gente del lugar y al mismo tiempo recordándoles que nunca podrán tocar la luz del sol, con los colores del arcoíris, que son;

tan brillantes...

tan vivos...

tan hermosos y lejos de ellos...

Lo suficiente lejos para nunca poder tocarlos...

Este pequeño pueblo, es dirigido por un dictador que lo único que le interesa es ver el sufrimiento de las personas bajo sus pies, suplicando por libertad, codiciando ver la luz del sol, que es su mayor anhelo en toda su vida.

¿Por qué desean tanto la luz del sol?

Porque viven bajo grandes cantidades de tierra, un búnker en donde los utilizan para trabajos forzados, como la minería de hierro, oro y piedras preciosas. Un día, todo acabó... Un joven de 16 años, organizó una revolución entre todas las personas del lugar y logró con el esfuerzo y esperanza de muchas personas entre sus manos...

Derrotar al terrible dictador que destruyó la vida de tantas personas.

Y todo esto comenzó por un turista que se le había caído un libro, este estaba dañado en los bordes pero entendible al ojo humano, él que no conocía su valor aun, lo había regido y desde ese día vio esperanza, con el aprendió a leer y escribir, y con el tiempo comenzó a imaginarse un mundo diferente al que había crecido, donde las personas ríen porque quieren, lloran cuando ya no pueden soportar el dolor, se enojan cuando se estresan, y encuentran el amor a pesar de las dificultades, sonaba como el paraíso. Y ese mundo, existía fuera de estas grandes capas de tierra. Miro hacia arriba observando el techo de metal reforzado y se propuso llegar a ese paraíso soñado.

Después de tanta espera, las personas que vivían en este terrible lugar, subieron por las grandes escaleras, encontrándose que un mundo totalmente diferente al suyo, un sitio tan brillante y colorido, y viendo por primera vez en sus vidas la luz del sol que tanto habían deseado...