¿Mal sueño?

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—¡Gardenia! ¡Despierta, por favor!...— Suplicaba Stardust, estaba demasiado desesperado. Sus manos agarraban el cuerpo de su amado, el cual no parecía estar en las mejores condiciones. Acababa de pasar por otro ataque de tos, pero, no fue uno amigable... Gardenia estaba sangrando, su respiración era casi nula, moría lentamente. Pero, había un pequeño detalle.. su cabeza y sus ojos seguían viendo en dirección hacia la galleta estelar.

En poco tiempo, sus lentos latidos se detuvieron y emitió un último quejido, sus ojos se terminaron de apagar, era claro, el príncipe del Reino Vainilla había muerto en su propio palacio. Stardust al notar esto, estalló en llanto, abrazando fuertemente el ahora cuerpo sin vida de Gardenia. Podía sentir aún el calor de su pecho, aunque no era lo mismo y nunca sería igual...

Stardust se encontró acompañado únicamente por el eco de su voz retumbando en las paredes, en pocos segundos, ese reino lleno de vida, pasó a ser un lugar de oscuridad y abandono. Sus manos podían sentir el cuerpo del príncipe bajar su temperatura rápidamente, pero eso no fue la peor parte... Cuando Stardust levantó la mirada hacia el rostro de su difunto amado, se dió cuenta de que estaban haciendo contacto visual, además de que en aquellos sangrientos labios se alcanzaba a notar una sonrisa...

Una sonrisa de dolor...

Después de esa escena, Stardust despertó. Había vuelto al mundo real, pero su inquietud no se calmó con eso. Extendió sus alas cuando pudo y voló rápidamente hacia el Palacio en el Cielo, donde en ese momento estaba Gardenia en vela, como de costumbre. Era de madrugada en ese momento, por lo que el peliblanco usaba una playera negra y unos pantalones tipo "jogger" de color gris, que era lo que acostumbraba vestir cuando no usaba su conocido uniforme. Al llegar, Stardust se abalanzó hacia su esposo desde uno de los ventanales de la habitación, tumbándolos a ambos en el piso.

Gardenia no se esperaba esto, pero lo que más le alteró fue ver el estado en el que estaba la galleta, no podía ni hablar de lo tanto que lloraba... Stardust lo abrazaba con mucha fuerza, como si no quisiera que se fuera a ninguna parte, enterró su rostro sobre el hombro del peliblanco, mojando sus ropas con lágrimas que no paraban de brotar. El príncipe por su lado regresó el abrazo, aunque no tan fuerte como lo estaba dando Stardust. —Todo estará bien, querido...— Susurró Gardenia para después darle un beso en la cabeza.

Poco a poco Stardust se fue tranquilizando gracias a la presencia del peliblanco. —Perdón.. este..— dijo Stardust en un momento, avergonzado de lo que hizo, pero fue interrumpido por un pequeño beso por parte de su pareja, la cuál no parecía molesta por lo sucedido. —No te disculpes, sabes que no me molestan tus visitas, aún sean inesperadas...— Gardenia respondió con una sonrisa en el rostro.

El saber que Gardenia estaba bien lo tranquilizaba, pero aún así muy en el fondo seguía teniendo bastante temor por lo que su subconsciente había creado. Pasaron unos momentos de silencio hasta que el peliazul volvió a decir palabra. —Hey... ¿Podría quedarme a pasar la noche?— Preguntó Stardust con algo de vergüenza, a lo que Gardenia con más felicidad que antes, aceptó muy gustosamente. —No me necesitas preguntar eso...— Le dijo a Stardust para después caminar hacia su cama, destenderla e invitarlo a entrar con un par de golpecitos al colchón. Este último, aceptó lo que le estaban proponiendo sin dudarlo, era algo que de verdad necesitaba en esos momentos. Se acercó a la cama y se retiró la capa, dejándola en una esquina sobre el colchón.

Esa noche Stardust fue bastante mimado por parte de su pareja. El peliazul se recostó sobre el pecho del príncipe, era una posición en la que ambos disfrutaban estar. Gardenia acariciaba la cabeza de Stardust, mientras que este escuchaba los latidos del corazón de su amado.

En algún momento, ambos pudieron dormir hasta que salió el sol. Gardenia fue el primero en despertar, por un momento olvidó lo que había pasado en la madrugada, así que se llevó un pequeño susto al ver a Stardust sobre su cuerpo, lo bueno es que no tardó en acordarse de por qué estaba ahí. Intentó levantarse de la cama, pero un par de brazos rodearon su torso. —Por favor, no te vayas...— murmuró Stardust con dolor en su voz. Gardenia no podía pelear contra eso, así que sólo volvió a recostar su cabeza y brazos para seguir acurrucado con su esposo, quien pareció cambiar de expresión muy rápidamente, aunque estaba completamente dormido.

Stardenia oneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora