·Ɣiɓrαtiøɲ· ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•

ꕀ 01 ꕀ

-·July 22 | 1999's·-

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Damon recién está comenzando su día libre cuando se recuesta en el sofá exhausto.

Al fin podría darse un gran descanso luego de un arduo concierto de Italia en la ciudad de Imola...

Éste suspira, y se rasca una mejilla, siente un poco de barba volviendo a crecer al tocar su piel. Luego, desliza su mano hacia arriba hasta su pelo rubio, y se lo acaricia.

El cabello de Damon ya se estaba volviendo más largo de lo habitual, y más despeinado. Tendría que visitar dentro de poco a un estilista.

Damon masajeó el puente de su nariz antes de suspirar nuevamente, era difícil tomarse un descanso luego de toda esta complicada situación que estaba atravesando con Justine.

Sólo se oye en toda la sala el "tic tac" del reloj, y un poco de los movimientos involuntarios de Albarn.

Todo el viaje que tuvo en avión de regreso a Reino Unido, en su cabeza sólo se repetía una palabra mientras dormía...

"Liam"

Si Damon tuviera que describir su relación con Liam... no sabría como hacerlo.

Se agarraría de la cabeza frustrado, por no dar una simple y llana explicación de su particular vínculo con aquel joven cantante de Mánchester.

La idea de preguntarle al respecto se siente tan patética, y más aún, luego de la reciente noticia de la catastrófica ruptura entre él y Pasty de hace dos meses atrás.

Liam y Damon no eran unos amantes oficiales, porque nunca se han otorgado esos títulos, pero Liam no es exactamente su amigo, tratarlo como su compañero es quedarse corto para todo lo que hacen y comparten juntos.

Se han metido los dos a la cama incontables veces, pero no llegó más allá que caricias y abrazos, aún estando envueltos en sus prendas, nunca llegaron realmente a hacer algo sexual entre ellos. Siquiera desde que han comenzado su relación hace cuatro años, se atrevieron a dar su primer beso.

Damon cuando visitaba a Liam, le preparaba el desayuno y la cena, pero no se duchaban juntos.
También Damon solía regalarle cosas, esa clase de cosas que te demuestra que alguien te escucha cuando hablas. Él frecuentaba a comprarle ropa de marca, su comida favorita, y decoraciones para la casa.

Pero Liam parecía negarse por completo a la mayoría de intercambios de contacto físico.

En bastantes ocasiones, Albarn se quedaba sorprendido de que Liam le permitiera abrazarlo, y eso lo hizo obstaculizar.
Está seguro de que si no hubiera descubierto la verdad, permitiría que el dulce, inocente, y vulnerable Liam lo abrazara todo lo que quisiera, no dudaría si él con sus ojos de ángel, le rogaran alguna vez por un beso.

Todo se sentía como una especie de un romance gentil, e inocuo, que no avanzaba a fluir más, por causa del miedo de llegar a establecer una relación aún más íntima de la que tenían.

Ellos han tenido "citas a ocultas"... no hay otra manera de describirlas.

Un día, Damon llegó de sorpresa a la residencia de Liam, vestido de un traje gris y trayendo un obsequio para él. Aún recuerda perfectamente la reacción de entusiasmo de Gallagher al abrir su regalo dentro de casa, y ver una estilosa parka negra con unos relucientes botones dorados en ella.