Un Día Muy Normal.

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Es hoy!

Hoy es mi primer día de clases "es mí último año en la secundaria"  y pensar, que en primaria me emocionaba todo esto,  iba idealizando cosas que en realidad no eran nada parecidas a las que pasé aquí.

Cuando llegué , me emocionaba la idea de comenzar a estudiar, obtener nuevos conocimientos, conocer nuevas personas y hacer cosas diferentes - pero más bien, al cabo de un tiempo, que por cierto, no tardo en llegar, esto pareció  un campo de supervivencia para indigentes.

Daba pena, éramos jóvenes pero físicamente parecíamos pacientes que acababan de escapar de un psiquiátrico, y hablo enserio - podías ver algunos salir de las aulas muy felices y otros no tan felices, y otros...digamos que, yéndose casi a los golpes con algún que otro maestro.

Algunos en las esquinas chismeando, otros eligiendo a sus próximas víctimas y otros más descarados, besuqueandose debajo de las gradas.

Era una vista desagradable de ver, pues solo se boboseaban y lamian los mocos de la nariz ¡Wacala!

Y bueno, respecto a algunos  maestros  no los apoyaba, pero por  otro lado, les daba algo de razón - en parte no los apoyaba, porque sé medir mis límites y entiendo que por ser mis mayores merecen respeto, pero tampoco  los culpaba por eso.

Habían algunos maestros que en verdad se  merecían algunas cosas, como por ejemplo el maestro Antonio, al que por burla  algunos de los estudiantes llamaban "El rey de la física"

Era una persona algo  extraña, a mí parecer, pues antes lo había visto hablar, pero cuando miraba hacía donde esté dirigía su diálogo no había absolutamente nadie, solo la pared.

Yo hablaba sola, pero hablar con la pared, eso ya es  súper raro.

Aún no sé porque le pusieron ese apodo, pero creo que pronto lo descubriré.

Esté, tenía cierta fama entre los alumnos de la escuela, aún no lo conozco, solo lo he visto pasar de reojo en los pasillos - y bueno, no soy de las personas que juzga a la primera, pero percibo, que la experiencia, no me va a encantar mucho que digamos.

Mientras camino por los pasillos aún vagando, esperando a ver a alguna de mis amigas pienso en las  nuevas materias tomaré este año, pues siempre se agrega una que otra escurridiza, que al final uno nunca termina   saber en qué le puede ayudar para poner un burdel  en la esquina de la  casa "quiero ser emprendedora" ya lo decidí - al cabo de unos minutos aún no veo a ninguna de ellas y no es de extrañar,  casi nadie viene los primeros días, y eso! algo irónico pese a que es la segunda semana de clases, hay muy poco flujo de estudiantes.

Mientras pienso que voy a hacer cuando llegue a mi casa - y si, ya llegue, ya me quiero ir - veo una silueta pasar por delante de la banca en la que estoy sentada, miro por chismosa "obviamente" y veo al maestro Antonio que va hacia la dirección, lo miro por curiosidad y analizó al contrincante, tiene porte de gente muy seria "digo yo"  y cuando digo seria, me rifiero a una persona cerrada, malhumorada y fría  - mientras él hablaba con la directora de no sé que cosa, yo seguía haciendo mí análisis visual y al parecer percibió que lo estaban mirando, porque volteó la cabeza de repente, sin que me lo esperara, me miro directamente.

Rápido mire hacia otro lado, sin saber disimular, como de costumbre, hice como si no lo hubiera visto - casi se me sale el cerebro por la oreja izquierda cuando vi que de un momento a otro dejo de hablar y se dirigía hacia mí dirección - estaba lista para tomar mi mochila y hecharme a correr - pero Emely fue como un ángel caído del cielo, nunca me sentí tan feliz de verla, a pesar de que siempre vivíamos peleando por cualquier cosa.

La tome rápidamente del brazo y subí escaleras arriba con ella, para poder hacer perderle el rastro al profesor - ella desconcertada por aquella situación no dijo nada hasta llegar al que anteriormente era nuestra aula.

La pregunta escrita en su expresión era un poema, uno mal escrito por cierto.

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⏰ Última actualización: Feb 14 ⏰

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