Todo estaba bien antes de conocerte. Mi vida era normal, pero todo cambio cuando intercambiamos palabras.
¿Realmente estoy huyendo de ti o estoy huyendo de mi, Antonny?
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Leora Bloom.
Han pasado ya cinco días y Antonny no volvió a aparecer, al principio no le tomé mucha importancia, pero la preocupación me ha inundado el día de hoy, porque ni siquiera sus hombres están detrás de la puerta. El silencio fuera de la puerta me tenía algo nerviosa, normalmente los soldados asignados a vigilar eran más que audibles hace días atrás, generalmente los escuchaba hablar o caminar por el pasillo, habían veces que eran ellos quienes ingresaban con la comida, pero justo ahora, el salón estaba en silencio, tanto que mi propio aliento sonaba extraño. La preocupación por la extraña ausencia de Antonny creció, ya que nunca había estado fuera tanto tiempo sin enviar un mensaje.
¿Habrá conseguido a otro abogado?
Si lo llegó a hacer, juro por todos los dioses que lo voy a asesinar cuando me den de alta en este sitio, no voy a permitir que después de provocar que nos atropellaran y por si fuera poco, hacer que mi estadía en este sitio esté en riesgo.
Con dificultad me muevo en la cama, con manos temblorosas, agarro el teléfono. La pantalla ilumina la habitación con su luz tenue y entre cierro mis ojos por unos segundos, deslizo mis dedos por la pantalla y el contacto de Antonny aparece, dudo por unos segundos en llamarlo o no, muerdo mi labio nerviosa y alejo el teléfono de mi vista, suspiro y maldigo en voz baja, no puedo creer que ahora soy yo quien va a llamarlo y por una razón tan tonta, ya puedo imaginar que se va a reír apenas vea mi llamada. Al diablo, necesito saber si realmente va a necesitar de mi ayuda o no, y que mínimo me pague por todo lo que pasó hace días atrás.
Alzo nuevamente mi teléfono, el teléfono suena varias veces antes de que alguien conteste. La voz al otro lado es ronca y tensa.
—¿Quién es?—dice Antonny, sin dar su nombre.
—Increíble que ni siquiera tengas mi número agregado —ruedo los ojos.
—¿Ocurre algo? — la voz de Antonny se escucha algo molesta.
Escucho de fondo algo caerse y frunzo el ceño levemente, un mal presentimiento me invade, me contengo en preguntar qué ocurre y decido cambiar el tema.
—Las negociaciones continúan según lo planeado —me percato que estoy en alta voz.
—Bien, que no se detengan —cuelga la llamada.
Suspiro y decido dejar mi teléfono a un lado, ya no deseo darle más vueltas al asunto, al parecer Antonny está metido en algo y realmente no quiero saber que ocurre exactamente, debo pensar en como haré que mi jefe no desee despedirme. Mil y un excusas me atraviesan, pero las descarto todas porque desde un principio fue mi jefe quien me metió en este lío, no yo.
Cierro mis ojos y decido dejar de darle vueltas a este asunto también, me relajo y mi único pensamiento es dormir, cuando despierte veré que tengo que hacer para resolver todos estos asuntos.