El tiempo ya no suma ni resta
Solo está orquestando su obra maestra
Cada quien desarrolla su papel en esta puesta
Dudo que alguna vez la vida haya sido nuestra
No molesta, hasta genera alivio
Saber que no sé si alguna vez seré yo mismo
En esta ciuda...
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𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖𝙙𝙤𝙧
La fria brisa chocaba contra el cuerpo del elfo, ¿donde estaba?, se encontraba dentro del sueño de una de sus personas favoritas, su querido Shoto Todoroki.
El bicolor al instante notó su presencia, volteando para encontrarse con esos hermosos ojos dorados qué caracterizaban al elfo.
Este sueño era extraño dirían las personas, era un ambiente desolado, lleno de hielo y agua.
El menor se encontraba sentado en una plataforma de hielo, este sabía que su amigo vendría, así que lo esperó pacientemente.
Este era un sueño recurrente en Shoto, un sueño el cuál emanaba pura soledad y tristeza.
-Vaya, no cambiaron mucho tus sueños, ¿no?-dijo sentandose junto al bicolor-
Shoto-No, pero no me importa, mientras estes aquí se que todo esta bien-dijo esto último un poco más bajo que de costumbre pero audible para el elfo-
-Ey, ¿Por qué estás tan triste?-preguntó observando detenidamente al menor-
Shoto-No lo se, simplemente me siento así-dijo tratando de restarle importancia-
A Shoto no le molestaba contarle lo que le sucedía a __, después de todo se conocen hace demasiado tiempo.
Shoto-Pero...¿Sabes que?, ya no tendré miedo de mi soledad, nunca más tendré miedo-dijo dandole una sonrisa al elfo-
En ese tiempo ambos habían desarrollado sentimientos hacia el contrario.
Shoto tomó con delicadeza la mano pálida del elfo y dijo:
Shoto-Ya no estoy solo, porque tú estás conmigo. ¿Podemos estar juntos para siempre?-dijo mirando fijamente los ojos dorados del contrario-
Estas palabras tomaron por sorpresa al elfo, y tomando delicadamente las manos del menor solo dijo:
-Vaya, ¿Por siempre? es un tiempo muy largo-dijo con una leve sonrisa-
Shoto-No me importa si es contigo.
Y todo se volvió negro, Shoto estaba despertando. El elfo con un sonrojo notable siguió con su trabajo sin poder quitar de su cabeza lo sucedido. Su querido amigo se había confesado ante el, ¿que haría el?.
El sol comenzaba a asomarse indicando el fin de la labor del elfo, con cansancio cerró sus ojos y comenzó su sueño.
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