Muchas veces la soledad, la "mala soledad" es una mala consejera, no importa cuántas veces hemos pasado por el mismo ritual siempre querremos volverlo a intentar una y otra vez.
Hacer match en una aplicación quizá no sea mucho, pero quizá para alguien que necesita que la o lo quieran puede significar mucho.
Aún recuerdo que en mi momento de necesitar que alguien me quisiera le di el poder de destruirme completamente, de ser alguien que no era, de pensar algo que ni siquiera se cruzaba por mi mente, de cambiar totalmente por ser lo que la otra persona quería que fuera a pesar de que nunca fue mi match.
Pero en este momento no se trata de mí, sino de Alice y su intento por seguir buscando el amor en una aplicación de citas.
Contar mi historia innumerable veces con incontables personas me ha puesto a pensar si ¿Realmente existe el amor? ¿Es normal dudar de él cuando alguien ha lastimado tanto el corazón?
— ¿Si me acompañas? – pregunta Alice, echo la cabeza hacía atrás y libero un suspiro. – ¿Eso es un sí?
— Si Alice. – digo. – Solo recuérdame llevar mi laptop.
— No, no, nada de trabajo.
— No será trabajo, documentaré tu cita totalmente predecible.
— Que grosera. – dice y sonrió.
— Últimamente los chicos son muy básicos ¿No lo habías notado? – pregunto y ella pone los ojos en blanco. – Bueno lo verías si fueras un poco más observadora.
— Esa eres tú, yo soy la que va por la vida con los ojos cerrados confiando a ciegas. – comenta y sonrió con cierta tristeza.
Es cierto, Alice siempre se ha dejado llevar por el momento, por el sentimiento o por lo que suceda, y aunque no siempre han sido experiencias buenas, lo vuelve a hacer. Una parte de mí la admira por esa razón, dejarse llevar y vivir el momento, pero otra parte de mí la ve como la amiga más irresponsable del mundo, sobre todo cuando de citas se trata y principalmente en apps con dudosos suscriptores.
Alice parece bastante emocionada por conocer a Dylan, su nuevo match, incluso bromea con poder trabajar juntos, me sorprende en ocasiones que pueda ver su vida entera con una persona tras otra y aun así no cansarse de desilusionarse, y nunca dejar de repetir:
«Amo el amor Ev»
Una fiel creyente de los libros románticos, las películas llenas de cliché y los encuentros fortuitos del amor de tu vida en algún espacio del tiempo.
Cuando llegamos a la cafetería me pongo nuevamente en mi papel, la verdad no quería venir, pero me siento en la obligación de ver por el bien de Alice, no importa si la cita realmente era cómoda y se les antojada echar uno o dos o tres polvos porque es la cantidad de condones que tiene la caja, yo estaría ahí o incluso si un idiota piensa que por pagarle la cena puede abrirle las piernas, sé que sin importar la situación estaré incondicionalmente con Alice, como ella siempre lo ha estado conmigo.
Observo a todos lados, no hay señal de Dylan. Alice como siempre se encuentra en la barra, por alguna razón el lugar está lleno, por suerte la mesa frente al ventanal está libre así que tomo mi respectivo asiento, el mesero al verme no sé si sonríe porque ya me conoce y de alguna forma conoce la dinámica o porque sabe que voy a pedir lo mismo de todas las veces que hemos venido, creo incluso que se ha atrevido a sugerir que debería ir al endocrinólogo y no lo culpo podría estar desarrollado Diabetes tipo 2 por tanta azúcar.
Espero mientras saco mi laptop y comienzo a programar las acciones de los botones de la página web, comprobar que sirve uno a uno me llena de satisfacción.
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El bicho del amor
ChickLit¿Qué esperar cuando se busca el amor en una aplicación de citas? Ev y Logan se ven obligados a convivir con tal de asegurar que sus respectivos amigos se encuentran a salvo tras conocerse por medio de una app. Alice (amiga de Ev) y Dylan (amigo de...