(I) Alex: Cap. 4: EN LA RAVE

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Llegamos a la fiesta y empecé a bailar, la luz estroboscópica marcaba sus parpadeos al ritmo de la música. El solo me miraba, cuando me di cuenta pare, me acerqué a él, le pregunté si quería salir a fumar, si se estaba agobiando. El me dijo que no era eso. Que unos días antes lo había dejado su ex. Lo agarré del brazo y nos alejamos, fuimos al otro lado del mirador me senté con él y saqué un cigarro, le di la mano y le pregunté si necesitaba hablar, el assentio con la cabeza, yo me sorprendí, era un chico muy cerrado, nunca hablaba con nadie. El empezó a hablar de su ex, que era una relación tóxica y que lo había dejado hacía unos días. Me soltó la mano y puso la suya en mi muslo, yo me aparté, tenía ahí unas cicatrices bastante recientes. El me pregunto que pasaba yo le conteste con un seco nada y volví a colocarme su mano en mi muslo cuidadosamente. Entonces empezó a acariciarme el muslo. Una de las cosas que más me ponía. Encendí un cigarro y le pregunté si quería, él asintió con la cabeza. Le di el cigarro. Ahí estábamos sentados, fumando en el mirador con el chumba-chumba de fondo. Cuando terminamos de fumar, él se giró y me miró fijamente, yo solo miraba la luna pensando en cómo decirle que le quiero besar. Cuando me giré me di cuenta de que me estaba mirando con una sonrisa tonta. Yo le sonreí también. No se muy bien cuánto tiempo estuvimos mirándonos, solo sé que me besó. Yo le seguí el beso, cerré los ojos y le seguí el rollo. Me abrazó y se puso a tocar mi cabello largo. No se cuanto tiempo paso, pero se que me gusto. Cuando abrí los ojos él también los abrió, entonces paramos.

Mire el reloj, eran casi las 10. Tras unos minutos de ese silencio incómodo que todo el mundo odia, le dije si volvíamos a la fiesta. El me dijo que sí. Recogí el paquete de tabaco del suelo y se lo acerque como diciéndole si quería otro piti, él agarró uno y me pidió fuego, le di mi mechero rosa con estampado de leopardo, el más barato y hortera que había en el estanco. Llegamos a la fiesta, lo agarré de la mano y nos pusimos a bailar al ritmo del DJ. Lukas abrió la torte y sacó la petaca rellena de Jagger y tomamos un sorbo, cerramos los ojos y nos pusimos a bailar otra vez. Cuando abrí los ojos a lo lejos le vi a él.

No sé cómo decirte esto...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora