Era un día normal y corriente. Miguel estaba haciendo lo que siempre hace; trabajar. Asegurándose de que el multiverso esté bajo control. Mientras estaba concentrado, no se dió cuenta de que alguien entró a su oficina, era Peter; su novio, y su pequeña hija, Mayday, la cual tuvo con M.J antes de divorciarse.
"¡Hola, cariño! " Dijo Peter detrás de Miguel. Miguel se levantó de un susto, pues no sabía que Peter entró a su despacho. "
"Hola, Peter. Hola, pequeña. " Los saludó, y acarició la cabecita de Mayday
La bebé simplemente se rió y sacudió su cabeza por el toque del novio de su papá.
"Queríamos saber si hoy estarás libre más temprano para salir a cenar. Llevaremos a Gwen y Miles. Será divertido. " Peter dijo casi demasiado emocionado por pasar tiempo con su familia.
"No lo sé, tal vez, Peter. Sabes que tengo mucho que hacer y... " Vió que la expresión de Peter cambió rápidamente a una de trsiteza. Se sintió mal. Al instante cambió su oración. "Está bien. Trataré de terminar lo antes posible. Dejaré algunas cosas para otro día. Realmente no es mucho, podré ocuparme de eso más tarde. " La sonrisa de Peter se hizo más grande que antes.
Se acercó a Miguel, con la pequeña aún en brazos. Miguel rodeó con sus brazos a los dos, Mayday en medio de ellos y mirándose fijamente el uno al otro a tan solo unos centímetros de distancia.
"Gracias, Miguel. Gracias por todo, en serio, eres todo lo que siempre quise y siempre necesité. Me haces muy felíz y a Mayday también, ella es realmente la razón por la cual quiero seguir adelante, y tenerte aquí conmigo; me hace sentir completo. Me gusta estar contigo. Te amo. "
Miguel sonrió y los miró con cariño. También sentía lo mismo por Peter. Incluso más que él. Lo amaba con toda su alma y daría todo por ese hombre y por esa niña que consideraba su hija, aunque biológicamente no lo era. Peter y Mayday eran su todo, y sin ellos Miguel no era nada. Todo lo que hace, lo sigue haciendo por Peter y su hija. Lo arriesgaría todo porque estén bien y a salvo, por hacerlos felices y que no les falte nada. No podía pedir más.
"Yo también te amo, Peter. No es necesario que me agradezcas por nada. Los amo a los dos, más que a nada. Lo sabes. "
Y se besaron. Era un beso tierno, transmitiendo todo lo que sienten por el otro. Se tenían el uno al otro, y eso era más que suficiente para ellos.
Mientras estaban besándose, no se dieron cuenta de que alguien entró a la oficina, era Hobbie.
"¡Ay! lo siento, no era mi intención interrumpir... Yo- em... " Se tapó los ojos rápidamente y se tambaleó.
Se separaron de un golpe, muy sonrojados. Mayday se carcajeó sin entender nada pero emocionada por ver a Hobbie, su amigo. Peter sujetó a su bebé más fuerte, y Miguel supo que era todo lo que siempre quiso. La vida estaba siendo justa con él y con su familia.