Él la quería a ella, yo a él.
Él se esforzaba por ella y yo por él.
Ella no lo quería, no como yo lo hacía.
Ella siempre tenía lo que quería, yo no.
Él amaba que le hicieran daño.
Yo amaba verlo reír aunque no siempre fue así.
Ella amaba sentir e...
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PG.
—Es la tercera vez que pasa esto, Pedri.
Sigo escribiendo en mi celular.
—Ya me disculpé—respondo sin mirar.
—¿Y crees que todos los que trabajan aquí van a reponer el tiempo perdido solo por una simple disculpa?
Lo volteo a ver, mi representante puede ser bastante exagerado.
—¿Y qué más quieres que haga?—pregunto dejando mi celular de lado.
Él ríe sin ganas.
—Primero que dejes esa actitud prepotente, y segundo que aprendas a priorizar las cosas en tu vida, tus salidas con esa chica debería de ser lo último en tu lista de prioridades, sobretodo sabiendo su fama, las tres veces que has llegado tarde a las sesiones de fotos ha sido gracias a ella.
—Te tomas todo demasiado en serio.
—No, solo intento proteger tu carrera, te recuerdo que no llevas tanto tiempo como crees en el fútbol profesional, tienes que cuidar tu imagen, aún no has logrado mucho—insiste.
—Desde los diecisiete estoy en el Barça, ¿Crees que eso no es mucho?—pregunto con cierta molestia— también tengo derecho de salir y de divertirme.
Se acomoda sus lentes y suspira.
—Sí, de una manera sana, no perdiendo tiempo y dejando de ser responsable solo por pasar un rato con alguien.
Me quedo callado y simplemente miro mis manos.
—¿Estás seguro que lo que tienes con ella es algo serio? Ni siquiera la he visto ir a algunos de tus partidos ni darte ni una muestra de apoyo—agrega.
—Mira, agradezco que te preocupes pero tengo suficiente con la insistencia de mi hermano con lo mismo.
—Bueno, si incluso tu hermano te llama la atención deberías de considerar que es porque tenemos la razón.
Mi celular vibra, lo reviso y es ella. Sonrío, como siempre que estoy con ella.
—¿Ya terminó la sesión de fotos?—pregunto mientras respondo su mensaje.
—Sí pero—lo interrumpo.
—Entonces me voy, nos vemos después Alejandro—le guiño un ojo y salgo del estudio.
Apenas me subo a mi coche la llamo.
—Te extrañaba—es lo primero que dice al contestar.
—Pero si nos vimos hace unas cuantas horas—digo riendo.
