Oneshot

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Destino...

Podía escuchar el pequeño y ligero ruido de la cafetera, dejando fluir aquel líquido que relajaba mis nervios y deleitaba mi lengua.

Destino...

Escuchaba el estruendo del metal de la cuchara chocando en el interior de la taza de porcelana mientras era envuelta en mi propio mar de tristeza y miseria.

Destino...

Llevo mi mano al vientre mientras siento ese sabor amargo en mi garganta. Lo voy acariciando con lentitud solo para que, al final, me vuelva a recordar que está vacío...

Aún guardo, muy dentro de mí, esa esperanza de amanecer un día, como cualquier otro, y ser sorprendida con un pateo… Al menos uno.

El estruendo del metal chocando contra la porcelana abrió el paso a la condena que viviré.

“¿Y por qué no puede tener lo que quiere?” Que pregunta tan inocente había hecho.

“Porque no era parte de su destino”

Mis ojos se agrandan al igual que la contracción en mi pecho, al punto que dejé caer la taza que estaba entre mis manos y dejándolo al aire hasta que chocara, se hiciera añicos y que esparciera todo el líquido por el suelo.

Las lágrimas volvían a desbordar mi rostro mientras colocaba ambas manos sobre mi vientre y maldecía a gritos al destino.

Era una oleada de dolor que me estaba asfixiando, una oleada de alfileres con los que deseaba que me recortarán las venas y me dejen al borde de la muerte.

Pronto, el dolor empezaba a apaciguarse a medida que sentía sus brazos envolviendo mi cuerpo, con su quijada recostándose en mi hombro y con una respiración suave con el que intentaba brindarme tranquilidad. Yo solo tome sus brazos mientras le devolvía la mirada con los ojos húmedos y reprimidos.

—No es justo... —Alcance a decir antes que se me partiera la voz.

—Lo sé.

—¡No es justo! —Volví a repetir, esta vez con los ojos más húmedos que nunca y con una voz ya partida y sin mucho entendimiento.

—Lo sé... —Volvió a decir con serenidad, o al menos él lo intentaba.

—No es justo... —Volví a repetir, sumergiéndome en él y deseando que nunca se apartara. Él me abrazo con fuerza mientras acariciaba mi vientre y me susurraba al oído.

—Lo sé.

2 años después


El sollozo de un pequeño bebé me estrujaba el pecho de ternura. Su pelaje liso y corto, me generaban ganas de abrazarlo, acariciar su pelaje, empezar a cantarle y permitir que se durmiera entre mis brazos.

—¿Quién es el niño más hermoso de este mundo? Tú, si tú. —Mimaba al pequeño con dulzura. No me detengo ante el golpe que llega profundamente a mi pecho y que dibuja la sonrisa de mi rostro.

Las pequeñas carcajadas del bebé me contagian y me animan a continuar jugando con él.

—Bluey. —Tocan mi hombro, interrumpiendo el juego.

—Oh, hola Bingo. ¿Qué pasa? —Contesté con el bebé en brazos.

—Yo, emm... Necesito hablar contigo.

—¡Por supuesto! ¡¿No es cierto mi pequeño?! —El pequeño ríe ante mis cosquillas— Oh, ya que llegas, estaba pensando en llevarlo a pasear por la playa y comprarle uno que otra prenda para su cuerpecito.

Bingo sonríe con pesar.

—Gracias Bluey, enserio —Eso último me desconcierta—, pero prefiero ocuparme de eso yo misma.

Destino *oneshot*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora