" Ausencia irreparable"

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 "AUSENCIA IRREPARABLE"

En un día gris y lluvioso, con relámpagos y truenos retumbantes, llegó al mundo Alondra, una hermosa bebé de ojos expresivos y mejillas mullidas. Desde las primeras horas de vida, la niña demostró ser vivaz y entendida. Sin embargo, para Nancy, su madre, aquel parto fue traumático y doloroso, lo que desencadenó un rechazo inmediato hacia aquella inocente criatura. El amor que se supone siente una madre al ver a su hija por primera vez no se manifestó en Nancy.

La madre de Alondra era una joven con deseos y anhelos diferentes. No quería conformarse con el papel tradicional que las mujeres de su familia habían tenido que asumir. Nancy soñaba con una vida más allá de ser simplemente una esposa. Pero lamentablemente, no le quedó más opción que seguir la tradición impuesta por la sociedad.

Con tan solo 16 años, Nancy contrajo matrimonio con Gerardo, un joven de 21 años, después de apenas unos meses de noviazgo. La vida matrimonial convirtió a Nancy en una mujer infeliz, pero consideraba que seguir casada era mejor que enfrentar un divorcio y el escándalo que eso implicaría. No quería avergonzar a su familia.

La mayoría de las mujeres estaban sometidas a la autoridad absoluta de sus padres y luego de sus maridos. Sus opiniones e intereses tenían poco valor. Muchos matrimonios eran casi arreglados o basados en conveniencia. Era común que las jóvenes se casaran a los 16 años, y Nancy no fue la excepción.

En la década de los 60, las mujeres estaban atrapadas en un destino predeterminado. Era una época en la que las posibilidades de tener una vida diferente eran escasas, especialmente para aquellas que crecían en provincias donde las oportunidades eran aún más limitadas. Las mujeres de aquel tiempo se encontraban restringidas en muchos aspectos de sus vidas, luchando contra las normas establecidas mientras anhelaban una libertad que parecía inalcanzable. Sin embargo, en medio de esta opresión, algunas mujeres luchaban por encontrar su voz y su lugar en el mundo.

Nancy quedó embarazada poco tiempo después de su matrimonio. Ser madre no era algo que le emocionara, pero era parte de su rol y debía aceptarlo.

Han pasado cinco años y Alondra se ha convertido en una niña hermosa y muy independiente. Sin embargo, Nancy no ha logrado desarrollar un verdadero vínculo con su pequeña hija. Siente que Alondra es una carga y la responsable de su estancamiento personal, lo que ha llevado a la niña a madurar más rápido de lo habitual.

La relación de pareja entre Nancy y Gerardo es áspera y poco comunicativa, llena de frecuentes discusiones. A medida que pasan los años, la sociedad comienza a cambiar y las mujeres ganan empoderamiento y más oportunidades.

Estamos en los finales de los años 70 y Alondra se ha convertido en una hermosa joven inteligente, independiente y determinada. La relación entre madre e hija nunca ha sido buena. Nancy siempre ha buscado controlar a Alondra, prohibiéndole tener amigos y evitando que se reúna con otras personas fuera de casa. Descarga todas sus frustraciones en su hija, convirtiéndola en el blanco de sus desahogos emocionales.

Alondra asiste a un estricto colegio católico solo para niñas. Aunque los tiempos han cambiado y las niñas tienen más oportunidades educativas, aún se espera que se profesionalicen en carreras como enfermería, maestra o secretaria. Alondra, sin embargo, es una joven con grandes aspiraciones y sueños propios dispuesta a desafiar a la sociedad.

Nancy se ha convertido en una madre celosa y severa, que no encuentra felicidad en los logros de su hija, sino envidia. En el fondo de su corazón, Alondra le recuerda los anhelos e ilusiones de su juventud que nunca pudo cumplir.

Alondra crecía sin una guía adecuada y en una gran soledad.  La  severidad de su madre no crea un ambiente cercano entre ambas. Alondra termina sintiendo más miedo que respeto hacia su madre. Por su parte, su padre también se desentiende de su responsabilidad en la crianza, considerándolo un papel exclusivo de la madre.

A medida que Alondra se acerca a la adultez, su deseo de independencia y de perseguir sus propios sueños se intensifica. Comienza a cuestionar el rol que sus padres han desempeñado en su vida y empieza idear formas de escapar de la sombra opresiva en la que ha vivido.