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- Llevaremos a tus hermanos a sus prácticas, y nosotros iremos a una junta a su escuela, volveremos en unas horas, no quiero que salgas de casa, si quieres puedes venir fyodor, de acuerdo? - dijo su madre mientras le encendía los botones de la camisa mal colocada a Fukusawa.

- Si madre, pero ¿Por qué fyodor? - dijo con sequedad normal en el.

- Pues es tu amigo, no? - Uh, justo en el blanco, pero el no iba a admitir eso.

- No es mi amigo. - Si lo era, pero no lo admitiría en voz alta.

- Juegan al ajedrez y leen juntos desde hace 4 años, yo digo que si son amigos. - dijo con una sonrisa arrodillándose para ponerse a la altura del menor.

- ...- No negó ni admitió nada, fue una derrota para el Mori menor y una victoria para el mayor.

- ¡Vámonos! - grito su padre desde la puerta principal.

- Bueno, osito ya nos vamos, si viene fyodor no haga-... Olvídalo solo no comas tanto helado, ahí comida en la nevera, - cambio sus palabras rápidamente - calientala. - dijo por último, para luego acariciar su pelo en forma de despedida.

- Si, adiós madre. - dijo para luego ver cómo su madre se levantaba e iba cerrando la puerta al salir.

- Un momento... ¡¿Me volvió a llamar por ese apodó?! - se quejo.

Eran las ocho de la mañana, así que solo quedaba sentarse en el sofá y ver la televisión.

Estaba recostado ya en el sofá e iba a prender la TV, pero alguien tocó la puerta.

Se levantó de mala gana y se acercó a la puerta con una sonrisa aburrida ya sabiendo quien era.

Abrió la puerta y vio a dos hombres mayores, uno rubio con sombrero y otro de pelo negro algo largo, llevaba ropa de invierno en verano, y dos niños detrás, una niña y un niño para especificar.

- Ho-.. - El hombre de pelo negro hablo pero no pudo terminar por qué el castaño le cerró la puerta en la cara.

El castaño dentro de la casa frente a la puerta se quedó muy quieto y atajando la puerta con fuerza por si intentaban entrar o algo asi. '¿Quién eran esas personas?' 'Mis padres dijieron que no le abriera la puerta a nadie' '¿Que hago?' pensaba. Respiró intentando calmarse, y volvió a abrir la puerta, y con la cabeza gacha hablo intentando no tartamudear.

- L-lo siento... Mis padres.. no están.. ¿L-le gustaría venir.. más tarde? - dijo lo mejor que pudo.

- Oye jovencito, ¿sabes que es de mala educación cerrarle la puerta a alguien? - dijo el hombre de sombrero con voz sería pero al mismo tiempo algo curiosa.

- L-lo s-siento S-señor, mis padres.. dijieron que no... h-hablara con e-extraños... - dijo aferrandose a la puerta. ¿Dónde está la rata de fyodor cuando se le necesita?

- Oye Paul, estás asustando al niño. - dijo el de pelo negro empujando a un costado al del sombrero que parece ser que su nombre es paul.

- Oh.. lo siento no era mi intención. - se disculpo Paul.

- N-no se preocupe... - iba a decir algo más pero un grito lo interrumpió, jamás había estado más alegre al escuchar esa horrible voz.

- ¡OSAMU! - grito alguien al otro lado de la calle, se acercó a la casa contrario donde estaba el castaño y miro mal a los extraños que estaban frente a la casa.

- ¡Fyo! - dijo con entusiasmo está vez el castaño, al ver a su amigo pelinegro acercarse a dónde estaba el.

- ¿Osamu, quienes son? - pregunto con seriedad al lado del nombrado mirando de reojo a los demás.

El molesto Vecino de al lado. [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora