Entre gotas de agua

Capitulo 4

Capítulo 4

Yulian Fischer

Sentía la mirada de Valerik en su nuca mientras preparaba unos sandwiches para ambos, por fin habían llegado a casa del rubio/teñido y como estaban muriendo de hambre decidieron comer algo rápido antes de ver la película que habían planeado, algo irritado dejo lo que estaba haciendo y se dio vuelta observando a su acompañante con algo de molestia.

— ¿Quieres hablar ya, Valerik? ¿Qué te sucede? — pregunté directamente.

— Todavía no entiendo porque saliste con ella, sabes que es muy rara y no tiene amigos y eso será por algo — dijo apoyando sus codos en la mesa.

— Bueno, yo no me dejó llevar por las apariencias Val, primero tengo que conocerla antes de juzgarla — bufé dándome la vuelta y siguiendo con mi tarea anterior — además, no parece alguien con malas intenciones, si acepto que tiene costumbres raras, pero creo que su personalidad es única y eso es lindo— hablo mientras volvía su atención a los sandwiches para terminarlos.

— Eres muy ingenuo para notarlo Yul, esa chica no es buena — tomó unas de sus manos, ¿En qué momento había llegado a su lado? — con solo mirarla se le nota, deberías solo ignorarla y seguir con lo tuyo, como todos — dicho esto volvió a sentarse en el sofá en frente de la mesada de la cocina.

—No voy a ignorarla solo porque tu dices eso, quiero conocerla y no tienes el poder de evitarlo y lo sabes.

Dicho eso se dio por terminada la conversación, pasaron el resto de la noche viendo películas y comiendo la comida y los snacks que habían comprado.

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Otro día más en la aburrida universidad, por fin pudo establecer una rutina en su nueva vida y como no si ya llevaban cinco semanas allí, las cuales habían sido las más largas de su vida. Tuvo la compañía de su familia y sus amigos, en especial de Valerik y Nathalie, se habían hecho muy amigos a lo largo del tiempo aunque a Valerik no le gustara para nada; Lo cual no entendía, la chica era un amor de persona.

Fuera de lo que parecía ser el nuevo orden en su vida, todas las noches tenía como una especie de… Pesadillas, las cuales aparentemente eran tan espantosas que no lo dejaban dormir una noche completa, ya que siempre se desesperaba a la madrugada con el corazón acelerado y su respiración como si hubiera corrido un maratón, podría tranquilamente tratar el centro de sus pesadillas pero había un problema… No las recordaba.

—¿Qué pasó Yul? ¿Acaso no dormiste anoche? Tienes una cara horrible — alguien habló a su lado, levantó la mirada y era Nathalie, ni se había dado cuenta que se había recostado en la mesa del salón.

—Si… No logré dormir mucho, creo que olvidé tomar mi medicamento —Le respondió volviendo a su posición anterior.

—Oh, deberías tener más cuidado con eso, no quieres que Valerik te de un sermón otra vez, sabes que es un poco exagerado —Tomó asiento a su lado y apoyó la cabeza en una de sus manos, mirándolo fijamente.

—Lo sé, solamente no se lo digas… —Como ya era costumbre, fue interrumpido por la voz de su Amado mejor amigo

—¿Que no le diga que a quién, Yul? —preguntó mientras una de sus manos en su cabeza mientras miraba entre él y Nathalie.

—Anoche no tomó su medicamento y tuvo pesadillas, por lo que no pudo dormir —Antes de que pudiera decir algo, su amiga decidió traicionarlo cruelmente.

Solamente tuvo que notar la mirada que le daba valerik para soltar un suspiro pesado, no estaba de ganas para eso. De repente se le ocurrió una idea, huiría del sermón de su amigo, mientras Valerik comenzaba a hablar discretamente tomó sus cosas y cuando se distrajeron con la llegada del profesor tomó la oportunidad y salió corriendo lo más rápido que pudo del salon. Supuso que se dieron cuenta tarde ya que iba casi en en la salida hacia al patio cuando miro hacia atrás y noto a ambos recién saliendo del salon, soltó una risa como gesto de burla y salió al patio, dio una mirada rápida haber por donde podría escapar o esconderse en su mayor defecto. De inmediato y como si fuera obra del señor, vio unos cajones en una de las paredes de aquel espacio los cuales formaban una perfecta escalera para su genial ruta de escape, aun con esa sonrisa de burla y sin que nadie lo viera corrió hacia esa escalera que el destino puso a su favor, escaló de forma rápida y ya arriba de la pared vio como sus amigos por fin salieron del edificio, lo miraron con algo de reproche y cansancio pero el solamente rió y les saco la lengua, muy infantil de su parte.