Teacher's Pet

1.1K 67 20
                                    

Tal vez si alguien hubiera advertido a Max no estaría en esa situación. Aunque tampoco es como si pudiese culpar a alguien más de sus decisiones, ni siquiera a su yo del pasado, ni a sus amigos que pensaban que no era una buena idea. Tal vez, solo tal vez, el mismo causante de sus dolencias le hubiera podido hacer retractarse, pero también fue ignorado.

La primera vez que vio a Sergio fue dentro del salón de clases, con sus rizos oscuros perfectamente peinados y definidos, algunos cayendo en su frente; recordaba que ese día estaba recién afeitado y pensaba que no podía verse más atractivo, claro hasta que la barba de días se hizo presente en su rostro. La piel canela del hombre lucía tan bien bajo esas ropas que parecían costosas, pero aún si fuera de Zara, en él se verían como un Loro Piana por lo bien que le sentaban.

Siempre con esos colores neutros, trajes que parecían hechos a la medida, un reloj en su mano izquierda y zapatos perfectamente lustrados. Era un sueño vuelto realidad.

El corazón de Max latió con fuerza cuando la voz del hombre resonó en el aula, grave y con un ligero acento extranjero. Solo una palabra podría definir a ese hombre, bueno, tal vez muchas, pero en ese momento, solo una llegó a su mente. Delicioso.

"Buenos días, chicos. Mi nombre es Sergio Pérez, seré su profesor de Derecho Romano este semestre"

Ese había sido el detalle, su sueño húmedo vuelto realidad, era su profesor. Tal vez no le hubiera tomado tanta importancia si solo deseaba pasar una noche entre sus sábanas, pero el corazón es traicionero y la mente igual. Sergio era el profesor perfecto, de esos que hacen que sus estudiantes se enamoren de la carrera que eligieron.

Solía contar casos de su país, México. A veces era gracioso como se refería al sistema de justicia de país, aunque en sus ojos podían notar el dolor que le causaba las injusticias que se vivían, tal vez por eso había optado por continuar sus estudios lejos.

También era cercano a sus estudiantes, no de una forma irrespetuosa, pero daba ese aura que invitaba a abrirse con él y no de la manera que el neerlandés deseaba. Era amable y comprensivo, si alguien tenía un mal día podía recibir su tarea un poco tarde, si un estudiante se notaba decaído le esperaba para hablar al terminar su clase y ofrecerle la ayuda que pudiera en su papel como profesor.

Así fue como tuvo su primer acercamiento real con el mayor y también su primer decepción. Derecho Romano era su última clase de los viernes y el día había sido todo menos bueno para Max, había iniciado peleando con su padre por teléfono, siempre con los reclamos por dejar su gran futuro en el mundo del automovilismo.

Durante el transcurso del día, no había mejorado, había discutido con Charles, uno de sus mejores amigos, por una estupidez, solo que su humor no estaba para aguantar nada, en parte era su culpa por solo actuar borde y no contarle al monegasco lo que estaba pasando. Le habían tirado su café hirviendo sobre el brazo, por suerte llevaba una chaqueta que le protegió lo suficiente, pero se sentía pegajoso y sucio. Había olvidado una tarea importante y el profesor no le había dado oportunidad de entregar más tarde.

Por esas y más situaciones, cuando llegó su última clase, se sentó al fondo, con los audífonos puestos y con la mirada fija en su móvil.

Sergio lo notó, en especial porque el rubio era uno de sus mejores alumnos, siempre participativo. Aún así prefirió no perturbarlo y hablarle una vez que la clase acabara. Aún así su mirada se posaba en el joven de vez en cuando, aunque para nadie era nuevo que el profesor se enfocara en aquellos que parecían idos en sus clases. Era algo que admiraban, lo atento que era.

Una vez que la clase finalizó, notó al rubio dormido contra la mesa de madera, esperó a que todos se fueran para despertarlo y no hacer la típica escena vergonzosa de despertar a un estudiante frente a sus compañeros. Terminó de ordenar sus cosas en un maletín de cuero negro mientras el salón se vaciaba, y una vez que solo estaban ellos dos, se acercó cuidadosamente para tomar el hombro del rubio y moverlo lentamente.

❝ 𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 ❞ || Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora