Sofía
Conocí a Danilo con 6 años, el tenía 10 en ese entonces, mi viejo me dejaba en la calle por días desde que era chica, se perdía falopeandose y no volvía hasta que se le pasará el efecto de las drogas.
Danilo pasaba en las calles tanto como yo, la noche era el momento más peligroso para dos niños de 6 y 10 años sin ninguna protección.
Dormíamos en la casa de Danilo algunas veces, cuando su hermano no se encontraba allí, otras veces dormiamos en algún cartón de la calle.
Danilo y yo, no éramos amigos, teníamos algo más especial, ese algo que te dice que esa persona va a estar ahí aunque no quieras que este, Danilo estaba conmigo todo el tiempo, casi como una regla en nuestras vidas estar juntos siempre.
Mi padre le tenía un cariño especial a Danilo, le agradaba la idea de que yo no estuviera sola en la calle cuando el salía a drogarse, sabía que tarde o temprano alguien se metería conmigo y ahí estaría Danilo.
El jugaba al fútbol de maravilla, nunca había visto alguien amar tanto a un simple deporte como Danilo, vivía para el fútbol, y para mí, sin olvidarnos de Carlos, nuestro amigo, el venía de una familia un poquito más funcional, tenía sus mambos, pero no le faltaba comida en la mesa.
.....
Hace 8 años.
-¿Estas dormida?- Danilo le pregunto a la niña escondida debajo de 4 cartones.
-No, estoy fingiendo estarlo.-contesto inmóvil todavía debajo de esos cartones.
-¿Pode' hacerme un espacio?- el niño pregunto algo adormilado.
-Bueno, acostaste tranquilo.-
La niña gira su cuerpo a mirar a Danilo, dejando ver sus moretones en el rostro y sus ojos rojos.
-¿Y tu familia?- la niña pregunto sin descaro alguno lastimando inconscientemente los sentimientos de Danilos con aquella pregunta.
-Muertos menos mi hermano, la tuya?- El contesto en seco.
-Mi mamá muerta, mi papá está drogándose y mi hermana en un prostíbulo.- la niña lo dijo con tristeza.
-Oh, no te preocupes, no estás más sola ahora.- el niño sonrió y ella le correspondió tiernamente.
