1. Live

266 32 16
                                    

Mayte como de costumbre se preparaba para conectarse y comenzar su live, hoy quería hablar con sus fans de el ship que le habían creado junto con Fer. 
Después de ya entrar en platica con sus seguidores, lo olvidó por completo, hasta que uno de sus seguidores le preguntó que si sabía de qué se trataba Mayfer...

- El Mayfer si les tengo que decir, me pareció algo terriblemente horroroso - dijo fríamente.

Luego de descargarse con sus seguidores, decidió darle fin al live.
Apago las luces, tomó su celular y se dirigió al jardín donde estuvo media hora sentada en el cesped meditando.

- Me odiaran por lo que dije - sollozaba - pero nadie tiene que darse cuenta, será peor.

- ¿Darse cuenta de que May? - preguntó una voz conocida detrás de ella.

- Fer - se levantó rápidamente - me asustaste, no te esperaba.

- Es que como no respondias decidí entrar - le mostró su juego de llaves - pero viendo que estas bien puedo marcharme tranquila si estas ocupada.

- Fer - se acercó a ella - lo del ship que nos crearon... me da mucha vergüenza, tu... tu tienes esposo y familia, a mi jamás- dudaba en mentir - se me cruzaría aquello por la mente.

- Lo del ship May - suspiró - creo que fuiste muy dura con nuestros fans, así como el nuestro hay millones.

- ¿Ya lo sabias? - tomó distancia.

- Pues si - sonrió - claro que lo sabia, pero bueno creí que tu también y como no le vi lo malo no hable del tema.

- Pero, tu familia y tus hijas - decía con vergüenza - nuestra imagen...

- May hoy en día todo es distinto - suspiró - somos figuras públicas, es normal.

- Claro - sonrió - pues entonces esta bien, me quedo más tranquila. No sabía como iba a mirarte a la cara.

- ¿Por que? - se acercó - si yo puedo con normalidad.

Mayte se puso tensa al instante.

- No se, simplemente me daba vergüenza, que inventen esas cosas de nosotras...

- ¿Pero por que? - se acercó aún más - si nada es real.

Mayte permanecia callada.

- ¿O no? - pregunto la morocha

- No - suspiró entre cortado teniendo a Fer tan cerca que podía sentir su respiración - pura fantasía de nuestros fans.

Por dentro, en la cabeza de May solo se repetía "Esta mal, no puedes, aléjate" mientras Fer acariciaba el rostro de May, haciéndola caer rendida a sus pies.

- ¿Tu puedo dar un abrazo? - pregunto la morocha.

Mayte lo dudo por un momento pero accedió, no podía negarse, sus sentimientos eran más fuertes que ella.

- Yo Fer... - iba a hablar pero se arrepintió - debo ir a hacer unas compras.

- Bueno - se alejo al notar a la rubia tensa - ¿Te acompaño?

- Prefiero ir sola - suspiró - si no te molesta.

- Para nada - caminaron juntas hasta la entrada - nos vemos mañana bajita.

Hace años que Fer no la llamaba así, su corazón se entristeció ante la idea de lo que jamás podría ser.

- Nos vemos - suspiró - cuídate.

Luego de que Fer se fuera, se preparo un té, encendio velas y la chimenea. Se dispuso a ver la televisión, una película de Disney mantendría su mente entretenida. Cuando se sentó al sofá, el timbre sonó.
Para su sorpresa, era Fernanda.

- May no pude irme - se acercó a ella quedando a milímetros - te amo, siempre te ame, cometí un error al ocultar mis sentimientos.

- Fer yo... - quedo paralizada.

- Entiendo que no sientas lo mismo - tomó distancia y se encaminó a la salida.
Pero sintió como Mayte la sujetaba del brazo.

- No te vayas - suplicó - negrita yo también te amo, siempre, toda mi vida y para siempre.

Fer no podía creer lo que escuchaba. De haber seguido antes a su corazón todo hubiera sido distinto. Rápidamente se acercó a May. Quedando a milímetros de distancia de sus labios.

- ¿Puedo? - dijo rozando sus labios.

Mayte no respondió con palabras. Simplemente se dejó llevar por sus sentimientos y la beso tiernamente.

- De haberlo sabido antes - sonrió con vergüenza en medio del beso - yo...

- No digas nada - sonrió Fer - así que esto se siente al besar al ser que amas.

- Es hermoso - dijo May apenada abrazando a Fer.

- No sientas vergüenza - cerró la puerta y la dirigió a la sala donde se sentaron acurrucadas en el sofá - no quiero estar un segundo más apartada de ti.

- Yo tampoco mi negra - le dio un pequeño beso.

Para ambas todo era nuevo, la proximidad, los besos, los sentimientos. La timidez quería reinar pero el amor era más fuerte.

- Ven - con dudas la sentó en su regazo - te amo Mayte - gritó y la beso con pasión.

- No puedo creer que estemos así - escondió su rostro en el cuello de la morocha - cuanto tiempo desee esto.

- Y yo ni te lo imaginas - lentamente colocó sus manos al costado de sus caderas y las deslizó por dentro de su remera - te amo, y te deseo.

- Yo igual - dijo algo agitada entre besos de pasión.

El dia era perfecto frio y gris, algo lluvioso, la chimenea encendida y velas por toda la sala. Parecía como si todo el universo se hubiera congeniado para que ocurriera así.

- Te quiero demostrar mi amor - suspiró la morocha dejando besos húmedos por el cuello de rubia.

- ¿Qué te lo impide? - dijo con la voz entrecortada.

- Esto - tomó el borde de la remera de Mayte y se la quitó, revelando aquella piel blanca y suave como la porcelana.

Las yemas de sus dedos ardían al sentir la piel de la rubia bajo ellas, Fernanda no podía más, la necesitaba. La deseaba.

- Tantos años esperando este momento - la beso con amor.

- Te amo Fer - una lágrima de alegría rodó por su mejilla y se abrazó a ella - siempre te ame.

Aquella noche se amaron con pasión, se entregaron completamente a sus sentimientos, las dudas y los miedos se desvanecieron, por fin triunfaba el amor.

- No quiero perder un minuto más Mayte - se cubrió con las sábanas quedando frente a la rubia - quiero que te cases conmigo, quiero que seas mi esposa, ¿Aceptas?

No te vayas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora