One Shots ¦ Soojun

Roomie

Soobin y Yeonjun son compañeros de cuarto, pero no se soportan.

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Nada mal ver un precioso día nuevo con su amanecer entrando por la ventana y sentir la luz cálida del sol sobre tu rostro.

El suave brillo de la mañana era la parte más tranquilizadora al despertarse. Y dentro de las instalaciones habitacionales no había ningún ruido molesto. Simplemente perfecto.

Un pelinaranja entre las sábanas dormía plácidamente, aunque la luz fuerte de los rayos solares se colaba por la ventana, estaba muy cansado como para despertarse. La noche no había sido fácil y apenas había disfrutado de su descanso en la madrugada, hasta que el terrible sonido retumbante de la puerta siendo abierta violentamente lo confundió entre sueños.

- ¡Choi Yeonjun! ¿Dónde está el ramyeon que compré? - un chico alto y pelinegro preguntó con un fuerte tono, desde el marco de la puerta.

Sin embargo no obtuvo respuesta, el nombrado se giro dándole la espalda, escondiéndose en sus cobijas.

- ¡Yeonjun, maldita sea, responde!

El mayor se quejó en un largo alarido debajo de las sábanas - No lo sé, creo que me lo comí, deja de molestarme. - habló aún escondido, pero lo suficientemente alto para ser escuchado.

- ¡¿Qué hiciste?! - refutó su menor hirviendo en ira - Mierda, Yeonjun. ¿Cómo piensas qué tendré que comer, por tu culpa?

- Prepara algo...

- Voy tarde y lo sabes, tonto.

Yeonjun no respondió más, tratando de ignorar la pelea para continuar durmiendo. No iba a dejar su cama por eso, no cuando ayer se desveló hasta la madrugada por hacer un proyecto importante.

- ¡Oye Yeonjun, deja de dormir y arreglalo pronto!

El bulto de cobijas se removió, levantándose así del colchón, Yeonjun con fuerza y puntería le lanzó su almohada en la cara a su compañero de cuarto. - ¡Deja de ser tan jodidamente molesto, Soobin! Mocoso malagradecido, ¿¡desde cuándo me llamas por mi nombre a secas!?

- ¡Desde que decidiste comerte mi comida! - dijo devolviéndole la almohada que por segundos el pelinaranja la evitó con velocidad.

No había día que esos par de jóvenes no peleen. Solo tenía que haber un pequeño detonante para que todo explotara en el apartamento.

- Solo fue un ramyeon. Ugh, eres molesto a propósito. Ve a la cafetería y desayuna algo listo. Dejame dormir. - rodó sus ojos.

- Entonces, deberías pagarme el desayuno.

- Un ramyeon es más barato que eso.

- Si es más barato, no debiste haberlo comido.

- Ash, ya callate y anda a la cafetería. Luego te lo pago.

El pelinaranja, con cansancio se volvió a meter a las cobijas bajo la atenta mirada de Soobin.

Hasta ahora Soobin no entendía porqué le había tocado compartir cuarto con ese chico, es decir, era mayor que él y de distinta carrera. Se sabía que muchos jovenes universitarios compartían habitación al azar, pero él solamente no entendía porque le tocaba convivir con el peor de todos los roomies que existían en el instituto.

Hubiese preferido mil veces tener un roomie nerd que le hable sobre álgebra e historia, o uno mejor, que sea como él y que se lleven tan bien al punto de ser amigos, que no les importara compartir sus pertenencias, pero le tocó a Choi Yeonjun. Podría definirlo como el típico chico idiota de altos recursos, los cuales los ocupaba solo para ligar y coger con diferentes personas cada semana, un playboy quizá. Su inusual manera de vestirse y arreglarse a Soobin no le agradaba mucho. Bueno, le parecía extraño verlo maquillándose y cambiándose sus pendientes en distintas ocasiones. Sobre su estilo el menor creía que se vestía inapropiado.