Cuando la habitación queda a oscuras, una figura sale arrastrándose desde debajo de la cama y se recuesta a mi lado.
- ¿Por qué no puedes dormir?
+ ¿Quién puede dormir con alguien como tú aquí?
- Antes te asustaba, pero aún así podías dormir. Ahora ya no me temes. ¿Por qué?
+ Antes yo era solo un niño de 8 años; la felicidad y el miedo tenían significados completamente diferentes para mí. Ahora, son solo sinónimos. Antes había besos y buenas noches, antes dormía para soñar. Ahora simplemente sueño sin poder dormir... ¿Y a tí qué te importa? Vete, y déjame en paz.
- Jajaja, está bien. Solo hablas conmigo, por eso vengo, porque me llamas sin pronunciarme. Buenas noches, chico.
