Las drogas se trafican como si fueran el pan de cada día.
No me quejo ya que eso me ha estado dejando muchas ganancias.
Pero me estoy quedando sin gente.
Estoy en mis pensamientos, hasta que una voz en la reunión me interrumpe.
-Niños-nos comento el hombre.
-Que?-le pregunte.
-Si, podemos conseguir a niños y hacer que trabajen para nosotros.
-Mira, una cosa es trabajar con mujeres y hombres y otra muy diferente a hacerlo con niños-le dijo.
-Belial, Belial y de cuando acá te preocupas por quienes sean,además no agarraremos a niños con familia-me dice.
-Entonces, que propones? -pregunto.
-En estos días investigue, hay una casa hogar a pocos kilómetros de aquí, es fácil, entramos, matamos y nos llevamos a los niños-me gusta la idea, pero no suena fácil.
-Lo dices como si sonara fácil, Leandro-le dijo.
-Y no lo es, pero obviamente no iremos nosotros, mandaremos a unos tipos para que los traigan -me ve con una sonrisa retorcida.
No lo pienso tanto y asiento con la cabeza.
-Esta bien, pero no quiero sorpresas, entendido?-le dijo y el asiente con la cabeza.
Emocionado se va con los tipos que trajo para darles las órdenes de como hacer el trabajo.
Una vez solo, llamo a mis hombres.
-Ya saben como me gustan-les dijo cuando entran.
-Claro que si jefe-me contestan.
Detrás de ellos viene una mujer vestida con un traje revelador.
-Me llamaba mi señor-me dice en tono coqueto.
No le dijo nada y solo le palmeo el escritorio.
Se acerca caminando lentamente y sensualmente.
-Y si mejor vamos a...-le corto las palabras.
-Y si mejor te callas y abres esas piernas para mi.
Me acerco para tomar la iniciativa.
Separó sus piernas y me meto en ellas.
Llevo mi mano hasta su nuca y la acerco hasta que sus labios tocan los míos y empiezo un vaivén con mi lengua.
Nunstras lenguas chocan y con ello los roces empiezan.
Con mis manos rompo el traje dejándola desnuda.
Con rapidez me quito mi pantalón y con este la prenda que cubre mi ereccion.
De una la embisto llenando mi oficina con sus gemidos.
Mis besos bajan hacia su cuello dejando en este marcas gracias a mis dientes que se entierran en su piel.
No falta mucho para que acabe.
Salgo de ella sin terminar.
-Oye, por que no te veniste adentro? -me pregunta la zorra esa.
-Largate-le dijo.
-Pero......
-QUE TE LARGUES-le grito.
Agarra sus cosas y sale.
Desde hace días me siento frustrado y fuera de lugar.
La razón, no la se.
Salgo de mi oficina para irme a mi habitación.
Entro y voy al baño para ducharme.
Mientras el agua cae y las gotas me empapan.
Me quede pensando en unas mejoras para el negocio.
Ahora que lleguen los niños pienso esclavizarlos, así seguiran mis ordenes al pie de la letra.
Salgo y me visto.
Ha pasado solo una hora y no llegan.
Las manos se me acalambran por el estrés.
Me sirvo una copa de vino.
Le doy un trago para deleitarme de su sabor.
Tocan mi puerta.
-Señor,ya están aquí-me avisan.
De jalón me tomo el vino para ir a donde están los escuincles.
Bajo a la bodega.
Una vez adentro procedo a mirarlos.
Todos tienen lágrimas en los ojos y se están quejando.
-No dejaron pistas, verdad? -le pregunto a los tipos.
-No señor, los que nos ayudaron fueron bien pagados y no dirán nada.
-Muy bien-les dijo.
-Y señor le trajimos un detallito.
Entran con una señora vestida de monja en brazos.
La dejan en el piso.
-Son imbéciles o que? A mi de que me va a servir una vieja enferma-les reclamo.
-No la ha visto jefe-dice el que hablo.
Le quita la manta qué le cubría la cara.
Nunca había visto a alguien así.
Un rostro que a lo lejos refleja pureza.
Y un rostro que de cerca te tienta.
-Larguense, vayan a que Leandro les de su paga-los miro y los dos ascienten.
Su traje esta manchado de sangre.
Paso mis nudillos por su rostro.
Su piel es tan suave.
-Lastima que hayas caido en mis manos.
Un poco de diversión no le hace mal a nadie.
Belial:Nombre manchado de perversidad y maldad.
Posdata:Regresamos :)