Unica

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Zoro apenas pudo contenerse el tiempo suficiente para que el último de sus nakama saliera de la cocina antes de bloquear la puerta con una de las sillas y acercarse al cocinero

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Zoro apenas pudo contenerse el tiempo suficiente para que el último de sus nakama saliera de la cocina antes de bloquear la puerta con una de las sillas y acercarse al cocinero.

-"Deberías dejar de reírte así delante de mí, cocinero de mierda."

Sanji sonrió desde donde estaba lavando los platos, el espadachín  pudo ver el perfil de su nariz, arrugada tratando de contener la risa, y la sombra de un ojo bajo su flequillo rubio. Era hermoso. Debería ser ilegal reírse como él se reía con esa cara.

-"¿Cómo?"

-"Como si quisieras volverme loco."

-"¿Y si no quiero, marimo?"

-"Entonces ni se te ocurra quejarte cuando te empuje contra la primera pared que vea y te coma la boca delante de tus queridas chicas".

Sanji se rió entre dientes.

-"Estoy viendo cuatro paredes y muy poca lengua, marimo."

Zoro se presionó contra su espalda y colocó sus labios sobre su hombro, apenas tocando su piel.

-"No juegues conmigo, cocinero"- murmuró mientras respiraba suavemente en su cuello, dejando escapar un suspiro justo debajo de su oreja- "no sé si podré aguantar hasta la próxima guardia".

El ojiazul se secó las manos y se volvió hacia su compañero. Mala idea. De repente se encontró acorralado por dos brazos musculosos y ojos que lo miraban con anhelo y necesidad. Levantó la mano y la apoyó en su cuello, acariciando sus aretes con el pulgar, mientras con el otro jugaba con el haramaki. El peliverde apoyó la cabeza en su mano y (lo negaría bajo tortura) dejó escapar un ruido que parecía un ronroneo mientras entrecerraba los ojos.

-"La cocina no es…"

-"Lo sé"- interrumpió- "no es higiénico, y no queremos que nadie coma cosas que no tiene que comer. Sé dónde están los límites, no los voy a traspasar". "

El moreno lo miraba con hambre y deseo, como si fuera la cosa más apetecible que jamás había visto. Tenía las manos apretadas a ambos lados de su cuerpo y parecía como si estuviera a punto de saltar en cualquier momento, pero el rubio sabía que no traicionaría su confianza con un movimiento en falso. Por un momento,se sintió abrumado por ser objeto de tal necesidad. Se lamió los labios, extrañando fumar un cigarrillo para no sentir ese vacío también.

-"Técnicamente"- comenzó a murmurar, sorprendiéndose a sí mismo- "es muy poco probable que la saliva llegue a lugares extraños si simplemente..."

Zoro se abalanzó sobre él antes de que pudiera seguir hablando. De un momento a otro esas manos apretadas encontraron el camino hasta su cabello y allí se enredaron para poder acercarlo.

-"Deja de interrumpirme cuando hablo, marimo de mierda"- se rió antes de atraerlo esta vez. -"Eres el peor, si alguien se entera de esto, te juro que la cocina estará prohibida para hacer esto de nuevo".

El ojigris lo interrumpió nuevamente con otro beso hambriento y un tirón de su cabello. El rubio sintió un cosquilleo en la nuca y cómo se le erizaron los pelos de los brazos ante la sensación. Tomó nota mental de pedirle al bruto del marimo que lo hiciera nuevamente en la próxima guardia (tal vez cuando estuviera de rodillas y entre sus piernas).

-"Saaanji, quiero, no, NECESITO, otro postre" -el grito de su capitán rompió la burbuja que habían creado.

El de traje puso los ojos en blanco y comenzó a alejarse. Zoro lo agarró por el cuello de su camisa e intentó sentarse en la silla frente a la puerta sin que sus labios se separaran más que unos pocos centímetros. El otro lo miró extrañado.

-"Necesitaré ayuda para cerrar la puerta". -susurro.

Él sonrió y se sentó a horcajadas en el regazo del moreno.

-"¿Quién es peor ahora, marimo pervertido?"

Zoro se rió. Sanji dejó escapar algo parecido a un gemido y se quejó en voz baja de lo sexy que encontraba su risa.

-"He cambiado el turno de Nami esta noche, ten cuidado con lo que dices si quieres poder sentarte mañana, cheffy.

Luffy empezó a golpear la puerta mientras se quejaba de lo hambriento que tenía y de lo irrespetuoso que era hacia el capitán. Sanji miró la sonrisa de Zoro, sabiendo que solo les quedaban unos minutos antes de que el muchacho de goma irrumpiera en la cocina.

-"Solo faltan unas pocas horas para el anochecer"-se dijo, mordiendo el lóbulo del rubio y pasando las manos por sus muslos.

La espera parecería eterna.

La espera parecería eterna

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Algo corto como para no estar tan inactiva la cuenta, de verdad que amo los comentarios que me dan, se cuidan. <3






~legola_s

ꜱᴏɴʀɪꜱᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora