Dijo Maya para cortar la pequella llamada con su novio. Estaban poniendose de acuerdo con respecto a la hora en la que Gojō vendría por Maya hoy mismo.
Ambos llevaban saliendo ya 4 meses. Se conocieron en un concurso para ganar una licuadora y Gojō se sorprendió por tremendos pasos que se aventaba Maya, cosa que lo dejó hipnotizado.
Eran ya la 1pm y tenía sólo 3 horas para verse linda y adorable para su novio, a decir verdad, estaba algo nerviosa, siempre se ponía nerviosa cuando salía con Gojō.
Salió de la ducha con una toalla alrededor de su cuerpo y una toalla más pequeña que secaba su cabello. Se secó y comenzó a buscar una linda prenda.
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Ahora toda su habitación tenía ropa tirada en el suelo, se probó miles de prendas pero ninguna le terminó de convencer.
-¡Qué carajos me voy a poner!
Pensó frustrada, mirándose en el espejo y mirando la ropa en el piso buscando inspiración.
De pronto pensó en "pedirle prestada" ropa a su hermana Jazmín, se emocionó ante la idea de probarse un vestido.
Corrió hacia el cuarto de su hermana y se probó el vestido, pero ahora tenía que fijarse en la hora ya que aún debía peinar su cabello y demás cosas. Miró la hora y eran las 3pm, aún tenía tiempo de arreglarse hasta que...
¡DING DONG!
-¿¡HUH!?
Corrió hacia la puerta y miró por la ventana para ver nada más y nada menos que a Gojō. Maya abrió la puerta sonrojada.
-¡¡¡GOJŌ AÚN NO SON LAS CUATRO!!!
-¡Lo siento! No podía esperar más... soy muy impaciente cuando se trata de salir contigo.
-Bueno... ¿Te gusta cómo me veo?
- ¡Te vez muy linda! Deberías usar vestidos más seguido. Digo, siempre te has visto linda pero hoy mucho más.
Finalmente, Maya y Gojō tuvieron su cita en el parque Juarez y comieron unos churros bien ricos.
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