"sé muy bien que hoy no es mi día y afuera está que arde"
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Corté el directo y suspiré mientras lloraba, sonreí al darme cuenta que porfin lo había logrado, ya todos sabían la verdad. Miré a Zecca, que estaba delante mío, me levanté y lo abracé fuerte.
─ Zecca: Hiciste bien, Emilia, estoy muy orgulloso de vos. ─ Me dijo al oído y me sentí bien al escucharlo, el era como un pilar para mí.
Entonces se me vino a la cabeza un nombre, Mauro. ¿Ya se habría enterado? Como reaccionaria al enterarse, ¿Me odiaría? ¿Me llamaría? Me dejé caer en el sillón.
─ Zecca: ¿En qué pensas? ─ Se sentó a mi lado y me abrazó pasando su brazo por mis hombros.
─ No se..., seguramente todo esto me satura demasiado. ─ Lo miré y apoyé mi cabeza en su hombro.
─ Zecca: Tranquila Emi, todo volverá a su sitio pero tenes que tener paciencia, poco a poco.
─ Pero, la gente me estará odiando, toda esas personas que la pasaron re mal por mí, me siento mal.
─ Zecca: Ellos te entenderán, son tus fans, te aman y quieren lo mejor para tí. Y con el álbum que vas a sacar te amarán el doble.
Sonreí y cerré los ojos, sentía paz con Zecca a mi lado, siempre me ha ayudado con este tema y a parte me la paso bien con él. Nos quedamos así abrazados por un rato hasta que se hizo tarde y fuimos a dormir, porque si, nos estabamos quedando en el mismo apartamento.
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─ Sandra: No puede ser que no nos conteste a ninguno de los tres, ya van horas sin saber de él. ─ Dijo preocupada, mientras miraba atenta su celular.
La familia de Mauro se encontraba en la puerta de la casa de sus amigos, buscando rastro de su hijo y hermano. Cuando la puerta se abrió dejó ver a Maria sorprendida por la visita.
─ Cande: Hola Mari, disculpa que molestemos, pero Mauro lleva horas sin contestar y queremos saber si ustedes saben algo... ─ Maria los miró con pena pero les dedicó una sonrisa.
─ Maria: La verdad tampoco sabemos nada de él... Pero pasen, podemos hablar del tema y así vemos si aparece por acá.
Los tres pasaron y saludaron a todos los de la casa, que casualmente estaban todos reunidos en el sofá. Se saludaron entre todos y se acomodaron.
─ Guille: Mauro lleva horas sin contestarnos y no sabemos nada de él... Pensamos que podría estar aquí.
Todos bajaron la mirada, ellos tampoco sabían nada ya que se había ido hace muchas horas.
─ Sandra: ¿Él no dijo a donde iba? ¿Nada?
Todos miraron a Nicki, ya que esta había sido la ultima en hablar con él.
─ Nicki: Yo... Hablé con él. Pero no me dijo nada, realmente estaba triste, enojado...
─ Cande: ¿Enojado? ─ La miró extrañada.
Nicki suspiró y cerró los ojos con fuerza, Mateo le acariciaba la mano.
─ Nicki: Yo sabía todo. Sabía que Emi si estaba viva. ─ Los familiares la miraron sorprendidos. ─ Bueno, en realidad, lo sabíamos todos, pero yo era la que más hablaba con ella. Yo la convencí de que viniera a Argentina.
─ Sandra: ¿Y porque no le dijeron nada a Mauro?
─ Nicki: Emilia me pidió que no dijera nada, Sandra, tenes que entender, tienen que entenderla, saben lo mucho que sufrió ella en la relación y no quería que el supiera nada. Ni siquiera quería volver a Argentina, solo vino porque era un evento especial para mí.
Nadie dijo nada, los tres familiares se quedaron mirando un punto fijo.
─ Nicki: Ella siempre me preguntaba por él, como estaba, que si comía bien... Se sigue preocupando. ─ Nicki notó como sus ojos estaban llorosos. ─ Una de las razones principales por las que no quería volver era por él, por como se sentiría el, si la odiaría, si la llamaría...
─ Cande: Gracias Nicki, por explicar todo esto, la verdad no la juzgo, Emilia es una buena chica, ¿Sigue acá en Argentina?
Nicki sonrió y asintió.
─ Sandra: ¿Podríamos ir a verla? Necesito hablar con ella, saber como está... ─ Le preguntó con lágrimas en los ojos.
─ Nicki: No lo sé, si querés le pregunto, espérenme.
Se levantó y se fue con el celular en la mano.
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