Existe una historia que nos ha sido contada de generación tras generación. Ha sido usada por los hombres mortales para infundir terror. Siempre se consideró como plena fantasía, un cuento inventado para asustar a sus hijos.
Un monstruo vive entre nosotros, uno capaz de engullir a una persona de un solo bocado. Se cuenta que viene por las personas que desobedecen, por aquellos que hacen el mal. Y su guarida es la oscuridad.
Qué equivocados están. El monstruo no es único, existen miles de ellos. Nacidos para gobernar a los mortales, para extinguirlos lenta y dolorosamente durante la eternidad. Son como simples humanos, cuentan con la apariencia de uno de ellos, se camuflajean de una manera tan sencilla.
Están dotados de una fuerza sobrenatural, agilidad, de una visión capaz de distinguir el más mínimo detalle aún en la oscuridad.
Se alimentan de algo tan vital para los humanos, la sangre. Extraen cada gota de sus cuerpos, dejando solo un cascarón seco e inservible. Son seres legendarios, guerreros milenarios. No son monstruos corrientes, son los reyes de la noche.
"Aquello que vive en la oscuridad, vendrá por cada uno de los que blasfeman con la historia, su historia. Impartiendo venganza a sus antepasados y a su especie."
***
Hace miles de años existió una joven muy hermosa, de cabellos platinados, tan blancos como la nieve. Era tan hermosa, que muchos hombres y jóvenes la deseaban. En aquella época, reyes, guerreros y simples sirvientes anhelaban estar junto a ella. Tanto era su deseo, que hubo un guerrero que se atrevió a lo inimaginable.
En una noche de frío invierno, la hermosa joven fue raptada, violada y asesinada por el osado guerrero. Dejando su cuerpo entre las raíces sobresalientes de un gran árbol a mitad del espeso bosque. El guerrero dejo que la nieve cubriera su inerte cuerpo. Quedando en el olvido. O eso pensaba.
El deseo por la joven mujer no solo había sido entre los hombres, sino entre algo más poderoso, más oscuro. En el interior de ese bosque, vivía una criatura que nunca había sido vista, pero que sabían que existía ahí. Esa criatura quedó flechada por la joven. A pesar de que su cuerpo careciera de vida, de color en sus mejillas, en sus labios. De ese brillo tan característico de su cabello. Para el monstruo era una total belleza el contemplarla.
La vida había Sido drenada de ese pequeño y frágil cuerpo, pero pronto renacería. El oscuro ser decidió otorgarle una parte de él, dando así, a la inmortalidad de la joven.
Un simple acto, una leve cantidad de sangre fluyendo de la muñeca de la criatura hacia la boca de la joven, recorrió todo su interior, reactivando cada órgano a su paso. Un suspiro salió de entre sus labios al mismo tiempo que sus párpados se abrieron.
Sus pupilas recuperaron su color, un azul tan intenso, que recordaba el azul del mar. Sus labios de un color carmín se curvaron en una diminuta sonrisa, dejando entre ver un par de colmillos, pequeños y filosos.
La joven sabía que aquel monstruo la había salvado de su ya segura muerte. Era consciente de su cambio, de que ya no era humana. Pero, aun así, ella le estaría agradecida siempre.
Desde ese momento, la criatura y la joven nunca se separaron. Vivieron juntos, se enamoraron, procrearon y dieron fruto a lo que se conocería como vampiros, seres de la noche y la muerte.
Juntos fueron insuperables, pero un día, la desgracia volvió a cernirse sobre ellos. En una oscura noche, la joven fue capturada por un grupo de guerreros enviados por el rey. Fue puesta bajo juicio y enfrente de todos los habitantes del pequeño pueblo se le declaró culpable y sentenciada a muerte.
Al ser grande el desconocimiento de la gente sobre lo que ella era, se le otorgaron dos muertes. Sería decapitada y luego su cuerpo sería quemado. Creían que al matarla terminarían con el monstruo del bosque, pero lo que no pensaron es que la verdadera criatura tomaría venganza por el asesinato de su amada.
Tras varios siglos, la criatura cumplió su objetivo, cazo y asesino a todo aquel ser mortal que se cruzara por su camino. No tenía misericordia alguna. Mato a todo aquel que fuera descendiente del rey y de los soldados que raptaron a su amada. Y ni él ni sus hijos descansarían hasta aniquilar a toda la raza humana.
Se volvieron grandes guerreros en cada una de las épocas por las que sus vidas transcurrían. Disfrutaban cada vida que arrebataban.
Eran sanguinarios.
Eran despiadados.
Eran el fin de la humanidad.
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Sempiterno
Vampire¿Alguna vez te has preguntado sobre la naturaleza del tiempo y la eternidad? Existe una palabra que encierra en sí misma la mística y el poder del infinito: Sempiterno. Este término, proveniente del latín, evoca imágenes de lo inmutable y lo perdur...