parte única

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- Pareja principal: Lisandro Martínez/Cristian Romero.

- Tags: established relationship, fluff and smut, porn with feelings, 2k.

- Originalmente publicado el 22/04/2023.


Cristian se despertó antes de que sonara la alarma. Separó los párpados y se acurrucó bajo la calidez de las sábanas. Las cortinas de la habitación dejaban entrar un halo de luz matutina, a pesar de que las mañanas de Londres eran siempre tan frías y grises. Dejó escapar un suspiro ronco y rodeó el cuerpo que estaba al lado suyo con su brazo, sonriendo cuando escuchó un leve ronroneo aprobatorio como respuesta.

Ahora más despierto y consciente, se acercó un poco más al cuerpo más pequeño, sintiendo la piel tibia contra la suya, cerrando suavemente los ojos por el contacto que siempre le generaba alivio, y por saber que él estaba ahí a su alcance, siempre.

El otro se mantuvo quieto, respirando con calma, todavía más dormido que despierto. Cristian lo sabía por la profundidad de su respiración, lo relajado que siempre estaba cuando el defensor del Tottenham estaba cerca.

Cristian se mordió el labio para retener una sonrisa y presionó la nariz en el dorso de la cabeza contraria, frotando suavemente el cuero cabelludo, deleitándose con el aroma natural del otro que se mezclaba levemente con el suyo, esa mezcla que tanto amaba. Escuchó que su acompañante suspiraba, y Cristian no pudo evitar buscar más de esos sonidos, llevando una mano a las costillas ajenas para acariciar hacia abajo, apenas una caricia dulce que delineó la piel hasta las caderas llenas de marcas que él mismo había dejado. Otro suspiro más.

El cordobés sonrió contra el pelo del otro y bajó hasta que su boca encontró la nuca, donde el vello se erizó al primer roce de sus labios. Besó con suavidad la piel, apenas separando los labios y humedeciendo la zona. El otro ronroneó.

Cristian siguió con el recorrido, moviéndose hasta el hombro, esta vez dejando besos más húmedos sobre la piel, rozando con los dientes la unión de hombro y brazo. El cuerpo contrario respondió arqueándose suavemente. Los dedos siguieron por el brazo tatuado, corriendo la sábana que cubría ese cuerpo, deslizando los dígitos gentilmente por la piel descubierta, haciendo que el vello se erizara con el roce. Lo escuchó suspirar una vez más.

Está más despierto que nunca, pensó el Cuti con una sonrisa.

Cuando los dedos de Cristian alcanzaron los ajenos, los intercaló y al mismo tiempo presionó sus labios en la unión entre cuello y hombro, suspirando. El otro se removió un poco y el cordobés decidió apretarse contra él, robándole un suspiro de placer al más bajo cuando sintió contra los muslos su erección matutina.

El cordobés se alzó un poco, recostando todo su peso en su brazo izquierdo, y besó la mandíbula ajena con chasquidos húmedos, viendo cómo el otro apretaba los ojos y entreabría los labios para gimotear. Cristian presionó su pelvis contra él y el más bajo movió las manos unidas hasta su abdomen, y más abajo.

Y con ese simple movimiento, el entrerriano lo obligó a tomarlo abajo de las sábanas. Los dedos se cerraron alrededor del eje del más bajo y lo hizo suspirar y cerrar los ojos, arqueándose contra él en busca de más contacto directo. Cristian sonrió por la reacción y dejó que sus dedos se deleitaran con la sensación de la ingle bajo sus yemas, provocándolo.

Lisandro no exigió más que eso, así que el cordobés simplemente cerró el puño a su alrededor y acarició hacia arriba con suavidad, sin ser bruto, como sabía que al entrerriano le gustaba. El más bajo jadeó contra la boca contraria en ese ángulo medio raro, pero Cristian cerró los ojos, respondió el beso y se dejó llevar por la sensación de estimular de esa forma al más bajo mientras sus jadeos morían en sus labios y su cuerpo se movía al ritmo de su mano.

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