𐂂 𝐔𝐍𝐎 𐂂

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𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐭𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞
𝐒𝐞𝐦𝐚𝐧𝐚 𝟎 𝐚 𝟏𝟐

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Al demonio de la radio nunca se le pasó por la cabeza que en algún punto de su existencia iba a ser padre, menos el formar una familia con el mismísimo rey del infierno.
En definitiva, todo había pasado de forma muy inesperada y su mente de vez en cuando todavía divagaba en todos los acontecimientos ocurridos en este último tiempo.
Aún así y de todas formas jamás pensó enamorarse. Tenía entendido que a este punto ya no desarrollaría ni un sentimiento relacionado al amor, por lo tanto su simple existencia permanecería intacta con el objetivo de ser un vil y despiadado Overlod sediento de tratos y juegos sucios.

Soñaba con plantar el miedo y dolor a toda costa, sin importarle si su víctima era un demonio, humano o inclusive, un ser celestial. Aún así dicha sensación tarde o temprano fue reemplazada por el afecto incondicional de su compañero, el cuál le dificultó aceptar en un principio por su constante orgullo. Y como cualquier víctima de este sentir tan empalagoso, no tardó en cambiar ciertas actitudes frente a su cónyuge.
Un demonio dócil y obediente surgió de las cenizas para por fin quedarse.

Yendo con el tema principal, nuestro demonio/ciervo recién domado presenciaba por primera vez el temor a no poder cumplir un rol tan importante como el ser padre. No quería cometer algún error y defraudar aquello que por fin pudo ayudarlo a ser feliz genuinamente.

"Mierda, piensa en alguna respuesta rápida por favor. No quiero dejar a Mon chéri esperando tanto tiempo." Se decía a sí mismo mientras permanecía estático en su lado de la cama matrimonial.

Mientras el más alto merodeaba en su mente en busca de una respuesta asertiva, Lucifer lo observaba enfadado. El tonto Bambi se encontraba en una situación similar a la de Nifty en frente de las cámaras; sus ojos estaban perdidos en alguna parte de la habitación, su sonrisa temblaba quizás por los nervios y una sutil estática invadía su entorno personal al punto de molestarle la vista a Lu.
Se veía particularmente gracioso/ridículo, pero no tenía tiempo para burlarse. Esta situación era bastante seria.

- USH, YA BASTA! - Grita el soberano ya harto del comportamiento del ciervo y con enfado no duda en agarrar una de las almohadas de la cama para así estrellarla con fuerza al rostro ido de su marido. - Eres un pendejo, no puedo creer que reacciones así cuando era más que notorio. - Soltaba con veneno mientras golpeaba innumerables veces al demonio que ahora se encontraba bajo suyo luchando para apartar la almohada que ahora se estrellaba contra su cuerpo. - ¡Despavila de una vez por todas hombre! Me preñaste. -

Alastor en un intento desesperado por quitárselo de encima opta por manejar uno de sus tentáculos con el objetivo de envolverlo y alejarlo lentamente. Toda esta acción fue completada con sumo cuidado, no quería pasarse de la raya y llegar a realizar algún movimiento brusco al punto de poder lastimarlo. No se lo perdonaría. - Cariño por favor, disculpe mi atrevimiento, voy a explicarle el porqué de mi reacción. - Dijo antes de soltar al rey gruñón e indignado por la situación.
Se dispuso a contarle sus inquietudes en tanto acariciaba y acunaba el rostro blanco como la leche del contrario. El demonio de la radio no quería reaccionar de forma escandalosa y tampoco quería hacerlo enojar, sabía perfectamente que su reacción era por el simple miedo a que lo abandonara o rechazara por la noticia recién dada.

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⏰ Última actualización: Mar 05 ⏰

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