𝟎𝟒.- 𝐂𝐫𝐮𝐬𝐡

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19 de marzo del 2024

Querido diario...

"Esa"

Yo quisiera ser ella
Esa la que te mira con dulzura
Esa que tiene tu amor
Y también tu corazón

Y espero que esa sea yo
Y pienso que ella soy yo
Porque tal vez si lo soy
Porque tal vez lo siento en tu calor

Sin necesidad de preguntar
Sin necesidad de hablar
Solo lo siento
Solo lo creo

Sin necesidad de tus toques
Sin parar de pensarte
Esa que tu amas
Solo lo se

Simplemente lo se
que soy ella
Soy esa,
Tuya

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𝓔𝓶𝓶𝓪 𝓓𝓻𝓾𝓶𝓶𝓸𝓷𝓭𝓼 ✩

Me sonrió, no era de esas simples sonrisas fingidas o que se dan por simple cortesía, en realidad eran de esas sonrisas que te derriten y que querías seguir viendo por el resto de tu maldita vida, de esas que te dan ganas de besar o sonreír.

Pero simplemente no puedo hacer eso, es difícil, tan imposible y tal vez tan cero correspondido.

Tan solo quisiera saber si estos sentimientos flotan en ambos sentidos.

Entonces él empezó a acercarse a mí con su dulce sonrisa, parecía que se me acercaba en cámara lenta mientras me miraba con esos ojos azules, esos que me les podría quedar viendo por horas.

―Mira ahí viene tu novio.―dijo Cristhin mientras me codeaba.

―Que no es mi novio.―le susurré.

―Pero te gustaría que lo fuera, admítelo mujer.

Si, obviamente, ¿quien en su vida no quisiese salir con la persona que le gusta?

―Hola chicas.―decía mientras empezaba a correr hacia mis amigas y a mí, saludando con su mano.

―Hola Nick.―saludo Lissy.

―Oye Nick ¿ayer no viniste al colegio?―le dijo Cris mientras me codeaba ya que seguía viendo esos dulces ojos.

―Si vine, solo que pasamos todo el día en la piscina con el entrenador porque tuvimos una práctica de tiempos, aparte el entrenador del equipo nos tuvo un par de horas haciendo ejercicios.

Y si, aparte de ser una de las caras más bonitas del colegio es deportista, ¿QUE MÁS PODRÍA PEDIR?

―¿Es porque ya se acercan las intercolegiales de natación?―preguntó tímida Tammie.

―Si creo que empiezan el 29, o al menos eso es lo que nos dijeron, pero es probable que cambien la fecha y hasta ahora no se sabe la sede.―respondió él―. Por cierto, Emma, perdón por no avisar que no podía acompañarte a tu casa.

―Ah sí, sobre eso... No te preocupes está bien, igual no tengo problema con regresarme sola.

―Esta bien niña, gracias por entender.

Revolvió un poco mi cabello y luego bajó la mano para darme una leve caricia en la mejilla pasando por el recorrido de mi mandíbula, observó mis labios, podía sentir su mirada.

Y aquí es cuando digo, COMO NO QUIEREN QUE ME ILUSIONE.

―Cierto Nick, traje mandarinas, ¿quieres una?, se que te gustan mucho.―Ofrecí, él aceptó gustosamente quedándose así a platicar con nosotras por lo que quedaba del recreo, por lo cual nos sentamos en una de las bancas del primer patio (que era donde estábamos ubicados).

El diario de las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora