Cliente

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"Hazlo de nuevo."

Las palabras frías y demandantes resonaron el todo el salón, el restaurante había parecido contener sus respiraciones al mismo tiempo que observaban al apuesto hombre en la mesa del rincón.

"¿Disculpe?"

"Es un platillo asqueroso. Entonces hazlo de nuevo." Dijo el hombre con una mirada indiferente.

El chef respiro profundamente tratando de mantener una calma que no se hallaba en su interior, de igual manera, el gerente hacia apresuradas señas llenas de pánico, tratando de darle un mensaje poco claro.

Salió ante el llamado del comensal y bien sabía que no le esperaba un halago por su comida, pero no esperaba la respuesta de rechazo que tenía frente a él, que en los largos segundos solo lo habían llenado de humillación. Fuera de eso y como si no fuera suficiente, es su platillo estrella, el que le había dado la fama al restaurante, el que él mismo ha perfeccionado, cocinado y modificado tantas veces que ahora lo sabría hacer con los ojos cerrados, no era el que más pedían por su alto precio, pero era un punto fuerte para él y aun así, aquí estaba, con su temperamento fluyendo en sus venas como si fuera fuego y su honor puesto en duda.

Por su parte, el comensal, pulcramente sentado y con el cabello castaño debidamente organizado, tranquilamente se limpiaba grasa inexistente de sus dedos y habla con tal convicción que haría pensar a cualquiera que lo que decía era cierto.

"¿Podría decirme que tiene mal el platillo?"

"Sabe a sangre."

Los ojos negros de Isaac se congelaron un momento y luego el estupor lleno su bello rostro.

"¿Disculpe?" Repitió de nuevo como si fuera lo único que podía repetir frente a este hombre.

"Le disculpo, se que se cortó cocinándolo, tengo un paladar muy sensible y lo noté, los accidentes ocurren, se que no fue culpa suya. Ahora repítalo."

"¿Está cuestionando la sanidad de mi restaurante?"

Justo cuando su temperamento explotó, el gerente se acercó rápidamente, dando disculpas exageradas y tratando de apaciguar a ambas personas. Con pasos enfadados entraron de nuevo en la cocina.

"Sabes que decidiste hacer un restaurante elegante, por lo mismo no podemos ofender a los clientes que vienen." Con la expresión ligeramente rígida, el gerente tomó otra respiración y con los dientes apretados agrego algo más:" Y mucho menos a un magnate como este señor, es el dueño de toda la cadena de joyas y diamantes 'el Dorado' ¿entiendes? Es un monstruo, es el rey monstruo." Grito con emoción y como si eso solo le hubiera dado aliento, siguió con un discurso hecho en el cielo, de cómo había asado de ser un joven en situación de calle, al hombre pulcramente vestido en su restaurante.

"Me importa una mierda quien sea o de donde viene. Es un grosero idiota que me ha humillado, pero ya verá."

Controlando su rabia, Isaac ajustó lo que más pudo sus emociones e inicio a elaborar de nuevo el platillo, mientras soltaba improperios por lo bajo cortaba la carne finamente. Trabajo en su respiración y se concentró en lo suyo, haciendo un esfuerzo por dejar la rabia de lado, sabía que eso cambiaria el sabor de la comida y que lo condenen si iba a dejar que lo juzgara por eso.

Luego pasaba nuevamente por los otros ingredientes ignorando a las personas a su alrededor. Al ver esto, el gerente se despidió brevemente y salió de la cocina nuevamente. Con una sonrisa colgando de sus labios.

...

"Hazlo de nuevo."

"¿Qué?"

"Si no eres capaz de elaborar un platillo sin sabores adicionales deberías decírmelo y me iré ahora mismo, a la vez comentaré de tu pésimo trabajo cocinando con mis allegados, no quisiera que ellos vengan aquí con un chef tan incompetente e inútil."

𝑂𝑁𝐸𝑆𝐻𝑂𝑇 / 𝐸𝑙 𝑐𝑜𝑚𝑒𝑛𝑠𝑎𝑙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora