1

57 8 0
                                    

Despiertas como bebé, no recuerdas cómo moriste y una parte de ti lo agradece y la otra llora, porque no es natural y lo sientes. 

Te sientes fuera de lugar. Tu cuerpo es extraño para tí, mucho más pequeño, débil y descontrolado que tu cuerpo adulto. Mover tus manos a voluntad es imposible, y te das unos cuantos golpes en la cara antes de desistir. 

Vives en un orfanato, lo sabes porque a tu alrededor hay mucho más bebés que lloriquean y no te dejan dormir tranquila. Tu situación es vergonzosa, ser atendido por otra persona para limpiarse el trasero o incluso bañarse transpasa todas tus barreras de privacidad. 

La amnesia infantil nunca había sido más apreciada en tu vida que ahora mismo. Tus compañeros tenían la suerte que tú no poseías: olvidarían la vergüenza de cagarse encima y tener que esperar toda una noche para estar limpios. 

Tus condiciones de vida no son muy buenas, solo podías oir, pues al ser un recién nacido tus ojos eran nada más que decoración. Deduciste que había otros 4 bebés con los quien compartías habitación y solo había una mujer que os atendía. La estancia olía fatal para tu nariz sensible, y tus orejas son martilleadas por los gritos de los bebés 24/7, si este era tu infierno personal, debiste de haber hecho algo horrible en tu vida anterior y no te diste cuenta.  

A las dos semanas ya estabas cansada de beber leche y de estar estática en la cuna, pero no podías hacer otra cosa que balancear tus brazos y piernas endebles e intentar no hacerte daño. 

Era otro día normal, amaneciste con el culo húmedo y gritaste pidiendo ayuda. A estas alturas, tu dignidad se había evaporado, no existía. 

[¡Ding!]

El sonido de una campana te sorprendió y dejaste de gritar de golpe. Te entró el hipo. 

"Hip" Tu garganta se cerró y, por primera vez desde que renaciste, viste algo perfectamente claro ante tus ojos. 

[Cargando sistema...]

[0%.. 34%.. 76%.. 100%]

[Sistema inicializado]

[Iniciaste sesión por primera vez. Consigues habilidad de canto de nivel 5] 

Parpadeaste incrédula. 

"¡Aaaah!" Tu voz salió sin querer, un picor en la garganta te hacia retorcerte de incomodidad y gritaste nuevamente. "¡Waaaa!" 

No podías creerlo. 

¿Un sistema? 

¿De verdad?

¿Como en las novelas online de China con protagonistas de mala calidad? 

Tus pensamientos fueron interrumpidos con la llegada de tu cuidadora. Seguías sin poder identificarle la cara, solo veías colores borrosos. Cuando te levantó, le palpaste la cara como siempre hacías, intentando afianciarte un poco de sus rasgos. Fue una costumbre que adquiriste después de perder la vista en tu renacimiento, no sabías cuánto dependías de la vista hasta que no la tienes. 

Tu garganta se sentía rara, aunque el picor había desaparecido. 

Gorgoteaste felizmente cuando te limpiaron y te pusieron un nuevo pañal. 

"Tan feliz como siempre, ¿eh Nina?" Se rió de ti,  y tú hiciste un puchero. ¡Pues claro que estabas feliz! ¿Quién quería tener un pañal sucio durante todo el día? 

Como todavía era muy temprano te volvieron a colocar en la cuna, y después de que desapareciera la mujer, volviste a tus pensamientos. Te retorciste en una posición cómoda. 

Balbuceaste, notando en tu oido que ahora tu voz sonaba mucho más dulce y melodiosa. El sistema había afectado su cuerpo, o al menos eso escuchaba.

Te emocionaste. 

¡Habías leído este tipo de historia antes!

El protagonista transmigraba o renacía con un sistema de inicio de sesión y cada día conseguía algo valioso. ¡Y después de meses y años se volvía la persona más poderosa de su mundo! 

Aunque.. ¿para qué querías habilidades de lucha? No eras una protagonista de un shounen, así que tu vida no estaba en riesgo en todo momento. 

La habilidad de canto te convenía, al final de todo, tu vida anterior giraba siempre en torno a la música. No hubo momento en que no escucharas música y ahora, ¡podías cantar! No sabías qué representaba un nivel 5 de canto, pero tenía que ser mucho mejor que tu lamentable voz.

¡No podías esperar a ver qué conseguías la próxima vez! 

Te quedaste dormida sin darte cuenta, con una sonrisa feliz en tu carita. Tanta emoción había cansado a tu cuerpo de bebé. Aunque no dormirías mucho, considerando que vivías con otros 4 bebés. Sería otro día largo.

xXx

[¡Ding!]

[Iniciaste sesión. Consigues 100 berries]

La emoción te duró poco. A la mañana siguiente, el sistema te despertó otorgándote la mayor relevación. Una pista del mundo en el que habías renacido. 

No podías equivocarte, y mucho menos tú, una fan incondicional.

Sabías perfectamente qué significaba la palabra y la moneda de 100 berries que golpeó tu cabecita ayudó a confirmalo. 

Era real. Estabas en el mundo de One Piece. 

¡One piece! ¡Tu anime shounen favorito, el que te había acompañado durante toda tu vida y te había inspirado a seguir adelante en tus peores momentos! En tu otra vida, habías fantaseado con la idea, pero ahora que estabas aquí, tu corazón pareció congelarse por unos segundos.

Descartaste instantáneamente una vida de paz y tranquilidad. Parecía que su nueva vida iba a ser muy turbulenta. ¿Podrías sobrevivir hasta ser adulta? ¡Olvídate de eso! ¡No sabías si llegarías a cumplir un año siquiera!

Ser un civil en One Piece era tan difícil.. 

A la edad de 4 semanas, tus preocupaciones sobre tu futuro no hacían más que aumentar y rompiste a llorar.

Tu cuidadora llegaría pronto, te cambió el pañal y al encontrarte limpia, se aturdió un poco, pues no eras una bebé que lloraba a menudo a menos que sea por comida o un cambio de pañal. Te intentó calmar, pero estabas desconsolada. 

Te quedaste dormida después de un tiempo, y cuando despertaste, tu moneda de 100 berries seguía ahí, escondida entre tus mantas como si estuviera riéndose de ti. Podías sentir el frío metal y casi lloraste otra vez. 

Pero tu terquedad te impidió llorar otra vez. 

Te prometiste hacer lo imposible por sobrevivir.

No había de otra, habías renacido en One Piece y tus únicas esperanzas de sobrevivir era la esperanza de que no sufrieras ningún mal destino hasta poder valerte por ti mismo. Ninguna cantidad de berries o habilidades te ayudarían si te era imposible desplazarte. 

Una voz en tu interior también añadió que, como buen fan de One Piece, debías de descubrir el final de la historia, y para eso, sobrevivir y hacerse fuerte era fundamental. 

"¡Gaaaah!" Levantaste tu puño y gritaste, aferrándote a esa idea. ¡Todo por One Piece! 

El bebé de tu lado se despertó sobresaltado con tu grito y te sentiste un poco culpable, así que te hiciste un ovillo cuando los otros tres bebés también se unieron en un gran coro. 




El raro fenómeno del [Iniciar sesión] en One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora