one shots; mm migajas 🤖

ke rika kola x derek: el comienzo

-MALDITO JOTO!!! Gritó la mamá del Gómez mientras le soltaba una cachetada
el gomez, bajó la mirada mientras sus ojos derramaban lagrimas, el dolor en su pecho era indescriptible, como es que su mamá lo lo habria rechazando de esta forma?
su madre la cual siempre estaba orgullosa de el y daba su amor incondicional y apoyo en este momento le esaba tratando de la manera mas horrible que habia sentido, cada una de las palabras que ella decía, ni siquiera las escuchaba del dolor que sentía
El sabia que no podria amar a un hombre o por lo menos enfrente de sus padres, el escuchaba comentarios tan horribles por parte de ellos pero, no podía evitar amar al derek con toda el alma a pesar de todo
-TE ESTOY HABLANDO!! grita de nuevo su madre mientras levanta la mano otra vez
El derek, viendo esto, de repente se para para detener le posible golpe de la mamá
-no le vuelva a poner un dedo encima mientras le agarra la muñeca
-NO ME TOQUES MALDITO MARICON, ME VAS A CONTAGIAR!!!
la madre se empieza a jalonear intentando soltarse del derek
-el no tiene la culpa de esto voltea a ver al Gómez
-yo- sintió una cachetada por parte de la señora
En el instante en que la mano de la madre del Gómez impactó contra su rostro, el tiempo pareció detenerse.

Derek se quedó estático por un segundo, tratando de procesar lo que acababa de ocurrir. La rabia y el dolor en su pecho se mezclaban en una tormenta interna. Pero antes de que pudiera reaccionar, la madre del Gómez lo miró con una expresión de desprecio absoluto.

-Tú no tienes derecho a meterte en esta familia, maldito -escupió cada palabra con veneno-. Él es mi hijo y lo voy a corregir, cueste lo que cueste.

-No, señora -respondió Derek, apretando los puños para contenerse-. Su hijo merece amor y respeto, no esto.

El Gómez, entre lágrimas, levantó la vista hacia Derek, conmovido por su valentía. Aunque su corazón latía con miedo, verlo ahí, defendiendo su dignidad, le dio una pequeña chispa de esperanza. Aun así, sentía que el peso de sus años intentando ganarse el cariño de su madre caía sobre él como una losa pesada e imposible de levantar.

-Derek, no... no vale la pena -susurró el Gómez con la voz rota, intentando calmar la situación.

-Sí vale la pena, Gómez. Tú vales la pena -respondió Derek con firmeza, su mirada cálida y decidida, sin importar la presencia intimidante de la madre.

Los ojos del Gómez se llenaron de una mezcla de dolor y gratitud. Jamás había escuchado esas palabras de alguien y, mucho menos, de alguien que significara tanto para él. En ese instante, sintió una oleada de amor que le envolvía, casi como si el dolor en su pecho comenzara a aliviarse.

-Tú y yo... estamos juntos en esto -le dijo Derek con suavidad, acariciando el rostro del Gómez para calmar sus lágrimas-. No importa lo que digan, ni lo que intenten hacernos.