Prólogo

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(1917 – Birmingham)

Anna-Maria Williams, de 23 años, se hunde en su cama con un profundo suspiro mirando al techo de su pequeño dormitorio. Había estado buscando trabajo por todo Small Heath y parecía que nadie tenía nada que ofrecerle.

"Maldita sea esta guerra", susurra con tristeza pensando en todas las vidas que ha destruido.

Anna solía ser sirvienta de una familia conocida como los Hartley en Lancashire, pero ese capítulo de su vida llegó a un final abrupto cuando el señor Hartley falleció en la guerra, dejando a su esposa como dueña de sus propiedades.

El señor Hartley (bendita sea) había sido un buen hombre, pero también era un jugador.

Uno terrible en eso.

Y así dejó a su esposa con muchas deudas que manejar y, aunque la pobre señora Hartley trato de manejarlas lo mejor que pudo, estaba más allá de sus capacidades, por lo que la mansión Hartley fue embargada, lo que finalmente significó que Anna-Maria y el resto del personal quedarán sin trabajo.

Las reflexiones de Anna son interrumpidas por el sonido de un golpe proveniente de su puerta, se levanta de su cama y cruza la puerta que separa su dormitorio de la cocina dirigiéndose a la puerta principal.

"¿Sí?" dice, con la mano en la manija apoyándose contra la puerta. Ella no es estúpida. Ella no va a abrirle la puerta a cualquiera.

¡Esto es Birmingham, carajo!

"¿Estoy buscando a Anna-Maria Williams?" La voz de una mujer mayor pregunta desde el otro extremo de la puerta, Anna abre lentamente la puerta, pero la cadena de su puerta le impide abrirla por completo.

La vista que la saluda es la de una mujer que parecía tener unos 40 años con cabello largo, oscuro y ligeramente rizado. "¿Puedo ayudarle?" Anna le pregunta cortésmente cuando los ojos de la mujer se posan en ella a través del pequeño hueco de la puerta.

"¿No vas a abrir la puerta, cariño?" pregunta la mujer con una leve sonrisa.

"No se ofenda señora, pero no la conozco", responde Anna honestamente haciendo que la sonrisa de la mujer crezca una pequeña fracción de esto.

"Entonces eres inteligente", comenta la mujer, "Mi nombre es Polly Gray", la mujer se presenta a Anna, "Escuche que estabas buscando trabajo", agrega sacando un cigarrillo y lo enciende.

"¿Y exactamente cómo podría ayudarla, señora Gray?" le pregunta a la mujer, a pesar de tener ya una idea de lo que la mujer quería decir.

"Quizás tenga algo de trabajo para ti", dice la mujer dándole una profunda calada a su cigarrillo mientras Anna asiente destrabando la cadena de su puerta.

"Entre señora Gray", agrega abriendo más la puerta para que la otra mujer pueda entrar.

La mujer inclina la cabeza ante esto entrando al pequeño apartamento, mirando a su alrededor al caminar.

"Perdón por el espacio pequeño", dice Anna indicando a Polly una de sus sillas mientras le hierve un poco de agua para el té. Polly no puede dejar de notar que, aunque el piso es pequeño, está bastante limpio.

The Me You Can See [1] (T. Shelby/OC) BWWMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora