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3. ⋆ 𝗧𝗵𝗲 𝗰𝗮𝗹𝗹 ⋆
narrador omnisciente
Walker Scobell.
Walker Scobell estaba videollamando a la chica de pelo castaño:
Dios, pensó la chica. Con nervios se acomodo un poco el pelo. Se acomodo en la cama y contesto. Aun nerviosa.
La chica con vergüenza se tapaba un poquito la cara con el buzo. Tenía demasiado cara de dormida.
— Si sabía que te ibas a tardar tanto ni te llamaba — dijo el riendo.
— Ey no mientas, solo me demore un segundo — dijo ella escondiéndose aun mas en el buzo.
— ¿Por que te tapas la cara? — dijo el.
— Estoy hecha un desastre, Scobell. Me acabas de levantar de mi siesta.
— Lo siento mucho, pero créeme que quiero ver tu cara.
Ella solo nego riéndose.
— Scobell, tengo ojeras y el rímel corrido.
— Ni siquiera un par de ojeras o rímel corrido arruinarían lo linda que sos. Así que no te creo.
Las palabras del rubio hicieron sonrojar a la morocha. Pero ella no lo demostró. Solo sonrió.
— ¿Acaso me está ligando, señor Scobell? — dijo la chica en un tono burlesco.
— Tal vez, señorita Hale.
Muy por sus adentros, él quería llamarla "señorita scobell" pero tendría que remar y remar un par de años hasta conseguir su atención. Walker a pocos días de conocerla ya había imaginado una vida con ella.
Loco, ¿no? Un golden retriever enamorado de una chica cuya personalidad era de un gato negro.
Ella negó riéndose.
Quedaron un par de minutos hablando.
— Entonces, ¿tienes amigos aquí? Me dijiste que se mudaron hace poco entonces, creí que no tenías amigos cerca.
— De hecho... en el aeropuerto hace un par de semanas. Conocí a un chico.
Walker cambió su cara a un semblante serio.
— Ah, ¿como se llama?— dijo el, secamente haciéndose el desinteresado.
— Mason.
— ¿Mason cuanto? ¿Tiene tu edad?— dijo el, haciéndose el desinteresado nuevamente. La chica no notó eso. Ya que lo notaba interesado en la conversación.
— Thames, Masón Thames. Tiene dos años más que yo.
