Capítulo 1: Los Últimos

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Los últimos de un clan extinto hace mucho tiempo, dos chicos que por hazares del destino fueron sellados y congelados en su preciosa aldea, habían pasado más de 30 largos años para que volvieran a la vida.
-Pergaminos se rompieron en un ruido sordo, desgarrando sus telas y entre ellas una llamarada de humo salió a la luz, dos siluetas, de dos pequeños pelirrojos.

--¿Cuánto tiempo paso?--- Hablo, entre un gemido, la voz de la chica resonó en la destruida aldea.

-----No lo sé...--- El joven pelirrojo observo las ruinas de su amada aldea en un silencio melancólico.

Ellos no sabían que hacer en este momento, solo eran niños que fueron sellados antes de que Uzushiogakure fuera completamente destruida y aniquilada.

----Takeo, ¿Que vamos a hacer?--- La niña hablo, revelando la identidad de su acompañante.

-----Yo, no se que hacer, Mito---- El joven conocido como Takeo murmuró unas pocas palabras.

La chica conocida como Mito solo agachó la cabeza, en este momento estaban varados y sin poder hacer algo al respecto, solo eran unos indefensos niños.

-Konohagakure (Aldea escondida entre las hojas).

-----¿Entiendes a lo que me refiero?, Kakashi-- Una voz poderosa resonó en la habitación.

---Si, Sandaime-- Kakashi acepto su encargo.

El hombre de 60 años frente a el se dedicó a mirar por la ventana, cualquier rastro de impureza borrado, suspiro por lo que iba a hacer pero no tenía otra forma.

----Kakashi, quiero que investigues Uzushiogakure, trae sus pergaminos, artefactos y herramientas, si logras encontrar sobrevivientes... Traelos a Konoha, no importa si es contra su voluntad---- La voz del ansiado líder sonó otra vez por la sala, y con ese sonido Kakashi rápidamente se encargó en su misión.

El Hokage en ningún momento dejo de mirar por la ventana de su torre, observaba su hermosa aldea, cometió muchos errores pero este no sería uno... Eso esperaba, su mente vino un Niño rubio, era la razón por la que envío a Kakashi hacia Uzu, quería que el niño se sentiría más cerca de sus padres, por lo menos de su madre.

Tenía la esperanza de que aún existieran supervivientes, por lo menos para guiar al pequeño jinchuriky.
Sabía lo peligroso que sería para el relacionarse con personas que aún no conocía, pero los Uzumakis sabían perfectamente las implicancias del sello del mocoso, suspiro en resignación; era una idea estúpida pensar que aún habían supervivientes.

-El tiempo de la misión de Kakashi se extendió, Hiruzen al principio no estaba preocupado pero había pasado unos 2 meses sin saber el paradero del anbu.
Resoplo frustrado, no queriendo imaginar lo peor para el ninja peliplata.

---- Sandaime, Kakashi llego a las puertas de Konoha-- El Chunin hablo, arrodillado y esperando órdenes fijas.

--- ¿Algo importante que debas informarme?, Izumo-- La autoridad en su voz, hizo temblar un poco al shinobi.

---- El vino... Con supervivientes de Uzushiogakure--- El Hokage siguió impacible pero por dentro el asombro era palpable, no podía creerlo, tenía que verlo con sus ojos.

---- Puedes retirarte-- El Chunin obedeció y escapó de la sala Hokage.

El Sandaime por otro lado, decidió ir a verlo el mismo, salto por su ventana y a los segundos llego a la puertas de Konoha.

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