demasiado. [draco x tom]

único.

No iba a negar que la vista en frente de él lo tentaba a hacer demasiadas cosas pecaminosas, tampoco lo pueden culpar, ver a su esposo con unas medias blancas de encaje que llegaban hasta por arriba de sus rodillas y finalizaban en la mitad de sus muslos pálidos y gorditos, estos resaltaban gracias al moño rosa pastel que se encontraba junto a las medias.

La parte de arriba no era la excepción, llevaba una camisa blanca translucida que dejaba ver el reflejo de su esbelta figura, su cintura que podría fácilmente rodear con un brazo, la camisa que dejaba ver su pomposo, pálido y jugoso culo que estaba siendo cubierto por una ropa interior de encaje color negro.

Cada vez se ponía más cachondo al ver como tom se movía al acomodar los trastes ya lavados o como se estiraba hacia arriba tratando de alcanzar la alacena, el momento en que perdió todo su autocontrol fue cuando el azabache se agacho a recoger un cubierto que se le había resbalado, estando en esa posición se podía notar sus nalgas pálidas que pedían a gritos ser azotadas.

Justo en ese momento sintió sus pantalones apretados, mierda, estaba duro, demasiado para ser normal, soltó un gemido para nada silencioso cuando acaricio su miembro.

Este alerto a tom, se dio la vuelta hacia la puerta de la cocina donde estaba draco.

-dray, amor, en qué momento llegaste no te escuche- hablo el oji verde.

Pero él no podía estar prestando menos atención en las palabras del azabache, su mirada estaba centrada en el pecho de este, los primeros botones de la prenda superior estaban desabotonados dejando ver la línea que daba el comienzo a sus senos los cuales portaban un brasier del mismo tono que la parte inferior, a través de ellos se podía notar que estaban erectos por el frio que estaba haciendo ese día.

-draco, estas bien- pregunto al no obtener una respuesta

Aun sin hablar se dirigió hacia el chico dando zancadas hasta que llego a él y violentamente le dio vuelta haciendo que la cara del azabache quedara mirando hacia la pared mientras que el con fuerza empezó chupar y succionar su pálido cuello dirigiendo sus manos hacia los pechos del más bajo para empezar a apretarlos y masajearlos haciendo que el chico delante de el suelte jadeos bajitos.

-mgh, a-amor que pasa-seguía insistiendo, pero esta vez con la respiración agitada.

-tú me pasas, con esa ropa, ¿lograste lo que querías no? - a la par que decía eso rompió con fuerza la camisa de seda haciendo que caiga por su cuerpo dejándolo casi desnudo.

Lo volvió a dar vuelta, mirando hacia abajo se encontró con la cabeza levantada del azabache, este lo miraba con los ojos brillando por la lujuria y el placer que sentía.

El rubio paso su mano por detrás de él para desabrochar el sujetador y así dejar libres al par de melones que tenía su chico.

Empezó a chupar los pezones y morderlos, dejándolos rojos de la irritación, mientras sus manos se ajustaban en un agarra fuerte a las caderas huesudas pero redondas.