Amargo despertar.

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No sé q hago lol

"Un día más en ésta vida de mierda"

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"Un día más en ésta vida de mierda"

Dijo Quackity mentalmente, cuando la alarma de su despertador comenzó a sonar en su fría y aburrida habitación. No le gustaba levantarse de cama, porque él sabía que de a milagro un día más pasaba por sus ojos, un día aburrido de rellenar papeleo de su famosa ciudad, Las Nevadas, una ciudad repleta de juegos al azar, casinos y hoteles de lujo, en dónde la mayoría de empleados son amables contigo.

Qué mal que Big Q no puede disfrutar de aquello cuando se le dé la gana.

Mirándose al espejo del baño mientras cepillaba sus dientes luego de ducharse, se daba asco a sí mismo, odiaba aquella cicatriz en su rostro, la cuál se le fué proporcionada por alguien que él cataloga como 'cruel' para éste mundo. Sus dedos pasan suavemente por su piel, se sentía viejo a pesar de sus 24 años de edad, y no era sorprendente, el trabajo estaba acabando con él más rápido de lo que podía desear.

Amarró el corset en su cintura, ajustándolo para darle sus características "curvas", o bueno, en realidad era para poder verse más flaco, sentía que cada vez más estaba engordando. Largos periodos de no comer y vomitar lo que apenas entraba a su estómago, estaba funcionando?, no, definitivamente no, estaba acabando con su vida lentamente.

―Quackity from Las Nevadas!, ya tengo su agenda de hoy!― habló alegremente el chico Slime, sosteniendo un portapapeles en sus manos, viendo a su jefe y 'amigo' acomodar su corbata mientras caminaba.

A veces, Quackity desearía tener el entusiasmo de Charlie, a pesar de que, para él, es un trabajo de mierda con buen sueldo, Slimecicle siempre está contento, incluso si le hablas feo, él seguirá siendo amable, era algo admirable cómo él parecía disfrutar de su trabajo. Tenía la mentalidad de un niño inocente.

―Déjame adivinar, más papeleo?― dijo con "sarcasmo" forzado en su voz, dirigiéndole la mirada a Charlie, quien solo revisaba la agenda y asentía ante las palabras de Big Q, afirmando, lamentablemente, lo que éste no quería escuchar.

―Y luego mantenimiento a un casino, más papeleo, papeleo, papeleo y luego el inventario!― Como si aquellos fuera la cosa más divertida de la vida, en los labios de Slime se dibujó una sonrisa, pero quackity solo gruñó de frustración.

No lo malinterpreten, claro que le gusta su trabajo, sin embargo, el papeleo estaba acabando con su poca cordura mental, que incluso en sus sueños podía ver aquellos aburridos papeles llenos de letras!, eso ya parecía un trauma.

Su mano se deslizó en la fría perilla de la puerta de roble de su oficina, soltando un largo suspiro antes de abrirla, y encontrarse con su peor enemigo, su propio trabajo. Entrando lentamente, se dirigió a abrir la ventana, para que saliera el aire caliente y así tener aunque sea un buen ambiente laboral. Charlie seguía parado en la entrada, como secretario de Quackity, a veces estaba pegado a él la mayor parte del tiempo, otras simplemente estaba en su propia oficina, ayudando con trabajos extras. Adoraba ese empleo.

Never again. . . [!?]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora