Capítulo Único

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Los primeros rayos de sol se filtraban por las rendijas de la guarida de la Liga de Villanos

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Los primeros rayos de sol se filtraban por las rendijas de la guarida de la Liga de Villanos. Izuku, un alfa imponente de cabello verde y ojos esmeralda, se desperezaba en su cama, aún con rastros de la oscuridad en su mirada. Desde que se unió a la Liga, su vida se había convertido en un torbellino de emociones y acciones extremas.

Tomura Shigaraki, líder de la Liga, convocó a una reunión en la sala principal. Su voz áspera resonó en la habitación mientras exponía el nuevo plan: asesinar a los omegas lactantes. El objetivo era sembrar el caos y la furia entre los héroes alfas, debilitando su organización y sembrando la discordia.

Dabi, con su aura de fuego y sarcasmo, detalló la logística del operativo. Los objetivos serían seleccionados cuidadosamente: omegas lactantes de alto rango dentro de la sociedad heroica. La Liga aprovecharía la red de informantes y aliados que habían cultivado durante años para ejecutar el plan con precisión militar.

Tomura, con su mirada penetrante y su aura de desolación, daba instrucciones a los demás miembros. Twice, con su duplicación caótica, se movía de un lado a otro a toda velocidad. Spinner, fiel a su naturaleza reptil, observaba en silencio desde un rincón. Y Toga Himiko, con su sonrisa traviesa y su sed insaciable, se encontraba en el centro de la atención. Tomura le asignó a Izuku un papel crucial en la operación. Su fuerza bruta y su velocidad sin igual serían esenciales para someter a los omegas y asegurar su captura. Izuku, con un frío que helaba la sangre, aceptó la misión sin vacilar.

Horas mas tarde, sentada en un trono improvisado, Toga amamantaba a Tomura y Twice como si fueran sus propios cachorros. Los dos alfas bebían con avidez, disfrutando del néctar que les brindaba la omega. La escena era grotesca y sensual a la vez, un reflejo de la naturaleza retorcida de la Liga. Izuku, observaba desde una esquina con una mirada distante, no era un secreto que Izuku odiaba a los omegas. Los consideraba débiles, sumisos y una carga para la sociedad. La idea de que un alfa se alimentara de la leche de un omega le repugnaba.

Toga, con una sonrisa lasciva, se acercó a Izuku, balanceando sus pechos llenos de leche.

Izuku-kun susurró con voz seductora, te ves un poco tenso. ¿Te gustaría que te aliviara? Mi leche es dulce y reconfortante, te aseguro que te encantará.

Izuku la miró con desprecio.

Tu leche me repugna, dijo con voz áspera. Es amarga y nauseabunda, como tú misma.

Toga se quedó atónita, sus ojos se llenaron de lágrimas. Nunca nadie la había rechazado de esa manera. Izuku, sin inmutarse, se giró y se dirigió hacia la salida. Tenemos una misión que cumplir gruñó. No pierdas el tiempo con tonterías.


El sol se elevaba en el horizonte, tiñendo el cielo de un rojo sanguinario. Spinner, Toga, con Izuku a la cabeza, se dirigían hacia el centro de la ciudad poniendo en marcha su plan.

Ojos Rojos, Dulce Leche |Dekukatsu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora