𝐔 𝐍 𝐎.

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— Mi nombre es Candela Suarez, tengo veinticuatro años, y soy de piscis

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— Mi nombre es Candela Suarez, tengo veinticuatro años, y soy de piscis. Nací en viedma, río negro, y actualmente estoy viviendo en Buenos Aires. — Empezó a sonar exclusive de emilia mernes. — Soy patinadora profesional y entrenadora de boxeo. — Aparece un clip de ella haciendo las manos como pegando piñas a la cámara. — Tengo un hijo, de cuatro años y medio. Y puedo decir que soy la mamá más feliz. — Ponen una foto de ella y su hijo.

— Soy una chica bastante tranquila, pero no me dejo pisotear por nadie. No tengo problema en decir las cosas en la cara. ¿Mi última relación? Uf, hace años que no me pongo de novia, estoy felizmente sola con mi hijo.

— Precisamente, yo entro a la casa a jugar. No ando en busca de parejas, ni de amigos. Yo voy, pero a jugar sola.

Por último, se mostraron clips de la chica bailando y ahí, terminó su presentación.

— La tenemos a ella, a la última participante para entrar a la casa más famosa del mundo. Es una diosa. Ahora si, la presentamos. ¡Un fuerte aplauso para cande, adelante! — Dijo santiago, y la chica apenas se abrieron las puertas ella ingreso y fue directo hacia el conductor.

— ¡Hola santi! — Dijo la chica abrazándolo.

— Sos hermosa, cande. — Dijo el conductor mientras le daba una vuelta a la chica.

— Gracias, santi. Vos también. — Sonrió.

— Escúchame, ¿Esa es tu gente? — Preguntó santi señalando a la familia de la chica.

— Si. — Respondió ella mirándolos.

— Haceme el favor, y anda a saludarlos por favor. — La chica asintió, y fue directo a saludar a su familia. Se hundió con ellos en un hermoso abrazo.

— Cuídame a igor, te lo ruego. — Le dijo a su mamá y hermana.

— Tranquila, el va a estar bien con nosotras. — Dijeron las dos.

— Te voy a extrañar, mi piojito. — Dijo cande mientras abrazaba a su hijo.

— Pronto nos vemos, mami. Te amo mucho, y desde acá te apoyo, te voy a extrañar. — Dijo su pequeño hijo. Él ya sabía que su mamá entraba a cumplir un sueño, y el lo entendía.

— Te amo, mi chiquitín. — Los dos se abrazaron y ella volvió con santiago.

— Bueno cande, anda directo al cabify, así podes ir a la casa. ¡Te deseo muchísima suerte!

— Gracias, santi. — El conductor le dio un último abrazo, ella sonrió y se fue directo al auto.

— Ahí la vemos a cande, a la última participante, yendo directo a la casa.

𝐍𝐨𝐬 𝐯𝐨𝐥𝐯𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐞𝐧𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora