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Italia. ÉPOCA MEDIEVAL.

° La verdad no dicha °

Jimin miró a su madre irse sintió su corazón estrujarse, tanta era la tristeza que toda hambre fue ignorada y olvidada por completo, se subió a su habitación que estaba en la azotea, donde habian muchos muebles viejos y otras cosas olvidadas, donde podía ingresar el frío, este sintió llorar su labio temblaba por las ganas inmensas de querer llorar pero por mas que intentaba ser fuerte se sentía miserable, nuevamente las palabras de su amigo Tae volvieron a su cabeza "¿Ella no hace nada para evitar los golpes?", "Jimin tienes que huir", Jimin negó él no podía dejar a su madre, pero.. ¿hasta cuándo seguiría haciendo todo eso?. 

Sus lágrimas brotaban por sus mejillas, este después de una noche larga se quedó dormido.

Al día siguiente fue despertado por el canto del gallo de uno de sus vecinos, este rápidamente se levantó, se abrigo, tomó su canasta y sin más salió de su hogar en donde por ningún lado vio a sus progenitores.

El camino en dirección hacia aquel castillo era largo, pero quería pronto llegar, aunque con algo de miedo de que todo lo que sus ojos vieron fuera una mala pasada y no fuera real. Después de ese tiempo pudo llegar aquel castillo nuevamente, este sonrió ya que sabía que no estaba loco, se acercó hacia esa cerca, logro pasarlo sin dificultad y al ver a las flores este sonrió, las olió, las acaricio totalmente enamorado de esos bellos pétalos, pero lo más extraño de todo fue ver como en los lugares de donde había sacado las flores el mismo, ahora estaban nuevas rosas pero esta vez eran más bellas y preciosas.

--- ¿Como puede ser posible esto? --- miro aquellas flores asombrado--- ¿magia? no es imposible--- 

Se quedó observando las flores cuando sintió unos ojos observarlo el rápidamente miró hacia el lado del castillo en donde yacían las ventanas pero no pudo ver nada solo una figura entre las sombras lo observaba, este se levantó, lo observó algo confundido y con algo de temor.

--- ¿hola? --- rápidamente aquella figura corrió alejándose de ese lugar--- ¡¡espera!! --- quiso seguirlo pero al llegar a ese lugar no había nada, ningún lugar a donde poder huir, solo pensó que estaba alucinando por lo que se sintió un tonto, sonrió nervioso para tomar su canasta para seguir sacando nuevamente las rosas y alguna que otras flores bellas, cuando tuvo todo se paró con la canasta pesada, suspiro feliz pero antes de irse volvió a ver hacia el lado del castillo pero no volvió a ver nada, por lo que se volteo y se marchó. 

Por otro lado un sujeto enmascarado estaba escondida detrás de una pared, cuando se asomo a ver si este ya estaba por irse así fue, solo miro como se marchaba, este solo lo observaba desde su escondite para después suspirar ya que no podía creer casi era descubierto y todo por su maldita curiosidad de querer verlo más de cerca, pero  ya nada importaba ya que había descubierto que tenía unos bellos ojos y un rostro muy angelical, este se acercó a su jardín y vio las flores, este vio un espacio vacío en donde habían sido arrancadas, este rapidamente volvio a plantarlas y nuevamente volvió a regarlas, y fueron solo cuestión de minutos en los que aquellas bellas rosas y otras flores comenzaron a crecer de forma única y preciosa.

--- ¿Cuál es tu nombre? --- lo dijo en medio del silencio de aquel castillo, solo recordaba aquel pequeño ladronzuelo.

Aquel enmascarado estaba en su castillo ya era muy tarde, el bosque era muy silencioso y eso era lo que más amaba, pero todo silencio fue roto cuando escucho como unos quejidos sonaban cerca de su jardín y poco después algo que caía con fuerza al suelo, este rápidamente se asomó en medio de la oscuridad para saber qué es lo que sucedía ¿acaso eran nuevamente los ciervos de cola blanca?, este se asomo y supo de inmediato que no trataba de ningún ciervo sino que trataba de un muchacho de cabellos oscuros con las ropas rasgadas, con su canasta algo dañada.

La flor de ojos celestes - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora