LLAMADA

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Despues de su acalorado encuentro de una noche, ambos se fueron a sus casas, quedándose sin creer que habían hecho lo que hicieron. Algunos días pasaron sin que ambos se escribieran, no por falta de ganas, cabe recalcar, sino por no saber que decir, una nueva cumbre se acercaba y no querían que su encuentro sea en ese momento, más bien, tener una conexión previa.

Alemania se preguntaba, ¿Por qué? Si habían tenido intimidad, compartido sus deseos, su cuerpo hacer el amor, porque era muy diferente al solo sexo, ¿Porqué le resultaba difícil hablarle por teléfono? Llamarle, decirle algo, ¿No eran una pareja ya?, no era algo justo para el, rechistaba mientras ordenaba sus cosas, ya que sus días se volvieron un desastre por su falta de atención en su cuidado personal.

Decidir preparar su mente se hizo algo fundamental para superar el "duelo" de su noche de pasión con el ruso, en cierto punto pensó que podría ser falta de interés de su parte no llamarlo, pero Alemania era orgulloso, si en verdad deseaba verle, debería llamarlo. En verdad era un hombre descortés dicho ruso, y este último mientras tanto tambien estaba nervioso por tanta distancia entre ambos, se fumaba algunos cigarrillos y los apagaba antes con el borde del balcón mientras veía para afuera.

—Al final nunca tuvimos nuestra cita— Dijo el ruso en su soledad plena viendo el chat que tenía con Alemania, pensando en si podía escribirle.

Tiro el último cigarro de su día, pues solo se permitía fumarse tres diarios y lo piso, se armó de valor y empezó a escribir.

—Hola Alem, ¿Cómo estás? Quería saber si te gustaría- *corregir*  quería saber si podía pasar a verte- *corregir*

Ya se estaba desesperando bastante como para poder decirle cosas coherentes sin sonar como un patán por lo que de cólera, apretó el teléfono y se rompió quebrándose por la pantalla, era un hombre con buena fuerza, por lo que después se eso se arrepintió de haberlo hecho, y se sintió mal por su teléfono.

Ahg, voy a llamarlo desde un teléfono público, a la mierda—  Musitó con algo de frustración saliendo del apartamento donde se hospedaba por la cumbre y llegó hasta el frente del hotel donde había una cabina telefoníca.

Por su parte, Alemania termino de ordenar el cuarto del hotel, y terminando de hacer unos pendientes en la laptop recibió una llamada de un número fijo, que se le hizo raro, solo entre countrys tenían números.

Tomo el teléfono entre manos y dudo entre contestar oh no, cerrando la laptop y sentándose en la cama.

—Si diga?— Escuchar la voz familiar del ruso le hizo ilusión y coraje a la vez.

—Alem, hola, ¿Cómo te encuentras?— Dijo ya más tranquilo, pues se notaba que aún no se desataba nada malo.

—Bien, gracias por preguntar, pero ¿me puedes decir por qué llamas hasta ahora?, te serviste cuánto quisiste y—

—Escucha, hace unos días se me rompió el teléfono, no pude llamarte desde mi número..., Lo siento, de hecho me sorprende que contestarás sabiendo lo peligroso que es— Mentiría un poco si era para salvar su pellejo y no mostrar su nerviosismo.

—... Lamento eso, bueno, ¿Eso es lo que tienes para decir?—

—Voy a verte hoy, paso por ti en una hora, no me he rendido con lo de la cita— Hablo decidido a poder compensar la falta de interés que pudo darle a entender en esos días.

—¿No crees que invitarme a una cita era mucho antes que lo que hiciste?—

—Hey, no pienses así de mi, ambos hicimos lo que hicimos ya, si bien recuerdo te la pasaste bien tanto como yo, por lo que es algo muy especial para mí, y no pienso verlo de otra manera, solo se invirtieron los planes primero era la cita y luego eso... Aunque si quieres podemos hacerlo en el orden correcto~— Su tono fue variando entre lo firme a lo coqueto, poniendo nervioso al hermano al otro lado de la red.

—¿Eres un hombre perverso y necesitado verdad?— Regaño para darle a conocer que no se podría pasar de listo con él.

—Solo de ti, ahora te veo ¿si?—

Se que te necesito...  Rusia x AlemaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora