Capítulo 8

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En la noche, me encontraba en casa preparándose para salir de fiesta, entré al baño a ducharme, y al salir, recibí un mensaje de Stephanie.

— ¡Hola Mi pequeño! Espero que estés teniendo una gran noche. Me preguntaba... ¿A qué hora pasarás por mí mañana?

— ¡Mi pequeña Fany! Pasaré por ti a las 7:00 pm. ¡Descansa bien y nos vemos mañana!

— Pero… También escribía porque quería hablar contigo.

— Ohh… Me encantaría pero acabo de salir de ducharme y voy de salida ahorita.

— Amm… Entiendo, bueno y, ¿A dónde irás?

— Saldré a dar una vuelta en mi moto— respondí mintiendo para no tener que dar detalles.

— ¿Saldrás con la chica que estuviste hablando en la uni está tarde?— preguntó, ¿Pensará que Laura es mi novia?

— No descuida, solo saldré a pensar un rato.

— Bueno, me escribes al llegar ¿Si? Cuídate.

— ¡Está bien Fany!

Stephanie, al ver mi respuesta, se acostó con una sonrisa en el rostro. Mientras tanto, yo me quedé pensando en ella, recordando las bromas que me hicieron Víctor y Stiven en clase, imaginando si de verdad llegaría a pasar algo entre nosotros dos.

Mi mente, estaba divagando sobre una posible relación de noviazgo con Stephanie. Sin embargo, a medida que más pensamientos románticos y emocionales me invaden la mente, comencé a sentir una sensación de inquietud.

A pesar de que Stephanie me parecía muy linda y que podría tener una pizca de interés por ella, una voz en mi interior me recordaba constantemente mis propias imperfecciones y los errores del pasado.

Sabía que había tenido momentos oscuros en los que había tomado decisiones cuestionables y me había dejado llevar por impulsos negativos.

Me sentía culpable al pensar en arrastrar a Stephanie, una persona tan dulce y delicada, a mi turbulento mundo interior.

Temía que mi presencia pudiera influenciar de manera negativa, y tal vez acabar con la pureza y la inocencia que tanto admiro de ella.

Estaba comenzando a sospechar que quizá estaba sintiendo cosas por Stephanie, no podía ser así, me debatí a mi mismo internamente entre poder imaginar algo con ella y el miedo de dañarla con mi propia oscuridad.

Me sentí atrapado en un torbellino de emociones contradictorias, luchando por encontrar un equilibrio entre la amistad, aquellos posibles sentimientos y el deseo de protegerla.

Finalmente, tomé una decisión. Si de verdad llego a sentir cosas por ella, necesito resolver mis propios problemas internos. Ya es hora de estar con alguien, pero no me gustaría arrastrarla a mi caos mental.

Queriendo sacar a Stephanie de la mente para no seguir imaginando ese tipo de cosas, tomo el celular y le escribo a Laura un mensaje de texto para salir con ella a la disco y distraerse de lo que andaba pasando por su mente.

— ¿Estás haciendo algo?

Laura estaba en su casa, recostada en el sofá viendo una película cuando su teléfono vibró con mi mensaje. Al leer, Laura sonrió y no dudo en responder.

— No, no estoy haciendo nada.

— Alistate, en 20 minutos paso por ti para ir a la disco— le dije decidido.

Laura se levantó emocionada, intento arreglarse rápidamente, fue al baño, se ducho, se colocó un vestido azul ajustado y algo corto y comenzó a maquillarse.

Quince minutos después, yo ya estaba listo, llevando puesto una camisa y un pantalón negro, antes de salir, tomé una inyectadora con metanfetamina dentro y la introduje en mi brazo derecho, generando así una dosis de droga en mi cuerpo.

Salí, encendí la moto, y me dirigí a recoger a Laura. a pocos minutos, llegué y ella estaba afuera esperándo, subió emocionada y tome velocidad para empezar la alocada noche.

La brisa de la noche, me acariciaba el rostro por la velocidad en la que iba conduciendo mientras nos dirigimos hacia la disco. Una vez allí, bajamos de la moto y entramos a un bar llamado "5 estrellas" y pedimos unos tragos.

— ¿Cerveza o Tequila?— pregunté.

— Umm… Tequila por favor.

— Dos tragos de tequila por favor— pedí amablemente al bartender

No tardo más de 3 minutos al llegar el trago. Estuvimos conversando mientras tomamos para luego ir a bailar un rato.

— No esperaba que me invitaras a salir— dice Laura.

— Solo quería salir a distraerme un poco, todas las semanas lo hago.

— Bueno, espero y que esto se vuelva algo habitual — respondió con una sonrisa pícara.

— Podría ser.

— Mis padres se van mañana al salir el sol, ¿Pasarás el día conmigo?

— Sí, pero luego me iré porque debo ir con mis amigos.

Laura entendió y se levanto de la silla, tomándome de la mano, me llevo a bailar y disfrutar de la música. Al estar allí , me detuve un momento para ir al baño.

Mientras estaba frente al inodoro, pensaba dentro de mí mismo, si lo que estaba haciendo era correcto, me lavé las manos y al salir, veo a un chico que estaba con Laura besándola, tocándola  y tomándola de la cintura, acercándola hacia él.

De inmediato, no podía explicar el sentimiento que entró en mi inmediatamente y me acerqué al chico con determinación.

— ¡¿Qué carajos pasa aquí?!— dije con un tono de voz molesto.

— Oye oye, relájate, solo le estaba pidiendo su número.

— ¿Su número? Déjala en paz y lárgate.

— Amigo, déjame en paz ¿Quieres?

— ¿No estás escuchando que te largues?— dije apretando los puños.

— Deberías dejar de ser tan cagón— respondió antes de darse la vuelta y retirarse.

— Es suficiente ¡Vámonos!

— Roy pero… — dice Laura sintiendo culpa de lo que había sucedido.

— Te espero afuera— salí molesto de la disco y Laura se fue detrás de mí.

Subimos en la moto y con mucha velocidad, íbamos camino a mi casa, estando molesto, cada vez la velocidad era mayor.

— Roy frena un poco, vamos demasiado rápido— dice Laura preocupada.

— Creo que fuiste demasiado rápido con el que besaste en la disco ¿No crees?

— ¿Entonces me quieres decir que sentiste celos?

— No voy a decir nada al respecto.

— Dime la verdad, ¿Sentiste celos de él?

— ¿Quién es él? ¿Por qué te beso?

— Es un amigo de la escuela que siempre estuvo enamorado de mí.

— Hablamos cuando estemos adentro— pues ya habíamos llegado a casa.

Saqué mis llaves, abrí la puerta y pasé directamente a mi cuarto, Laura tratando de saber si de verdad eran celos o no, cerró la puerta y fue detrás de mí.

— ¡De rodillas!— dije molesto y lleno de celos mientras con mis manos me estaba desabotonando el pantalón y bajando el cierre.

— Pero…— mirándome a los ojos con una mirada llena de deseo, ya sabía que era lo que iba a pasar y era lo que estaba esperando— dime, ¿Sentiste celos?

— ¡De rodillas te dije!— fruncí el ceño molesto y actuando de una manera posesiva.

— Ese es el Roy que extrañaba— me dijo obedeciendo, esperando que comenzara todo.

Mala Influencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora