Por otro lado, he seguido observando.
Así descubrí a Neptuno.
Hay muchos como él.
Son aquellas personas que deciden esconderse. Risueñas, imaginativas, intuitivas, tienen y sienten un amor enorme, son demasiado buenas pero no se permiten demostrarlo. Tienen todo para dar pero por miedo se lo guardan.
¿Y por qué?
Sienten también un gran dolor. Les es fácil sentirse heridos. A mi parecer, la sociedad tiene mucho que ver. Los cambian y poco a poco los transforman en Marte. En gente mala e insensible. Manipuladores, insensibles y agresivos. Pero aun quedan Neptunos fieles por allí, yo lo sé. He visto a varios.
Solo hay que buscar para encontrar.
Pero, ¿qué sucede si estan lejos?
Siempre hay un Neptuno dentro de todos, a eso he llegado. Porque hasta Marte tiene un lado bueno. Uno que tiene y necesita amor. Que sueña, que le es imposible mantener los pies en la tierra. Todos somos capaces de ver cuando otro está mal. La diferencia es que algunos se lo guardan y hacen como si no vieron nada mientras que otros se lanzan a ayudar.
Pero lo ven. Ven que otro está triste, que no se siente bien. Y la capacidad de ver eso debería ser un don. Aunque todos lo tengan, es algo por lo que ponerse feliz.
Tan feliz como Júpiter.
¿Cómo estás hoy, Saturno? ¿Te cruzaste con Marte o con Neptuno?
Venus. Sábado 27 de junio. 2015.