Su cabello castaño se movia suavemente con el viento, sus ojos permanecían cerrados sintiendo la brisa golpeando su rostro con delicadeza, su cuerpo se mecía hacia adelante y hacia atrás en ese viejo columpio elaborado por una cuerda y una tabla de madera, abrió sus ojos lentamente y observo las ojalá secas que estaban debajo de ella y en el resto de aquel jardín que nadie visitaba, era sin dudas su lugar favorito.
Observo la hora en su reloj, ya eran las 9 p.m, bajo con delicadeza del columpio y comenzó a caminar a su casa que se encontraba a tan solo unas calles de ese sitio.
Se había vuelto una rutina el ir a ese sitio desde hace unos años, lo descubrió mientras caminaba por ahí, solía hacerlo cada vez que no se sentía cómoda en su casa debido a las discusiones de sus padres que eran cada vez más constantes.
Iba sumergida en sus pensamientos mientras caminaba cuando sintió que choco con alguien, al levantar el rostro para disculparse se topo con un hombre notablemente mayor que ella, de mal aspecto y con un fuerte olor a cigarrillo.
-hey, tú- lo escucho decir.
-si?-
-que hace una chica tan linda como tú por aquí sola?- dijo con una asquerosa sonrisa que mostraba sus dientes amarillos y desaliñados.
-no es algo de su incumbencia- se volteo dispuesta a irse cuando sintió como era detenida del brazo.
-yo creo que sí lo es, este no es un lugar apropiado para una hermosa dama como tú- su sonrisa era cada vez más grande y asquerosa.
Se soltó del agarre con desagrado y hablo -todos los lugares son lo mismo, lo que los hace inapropiados son las personas que los habitan- su rostro demostraba seguridad pero estaba comenzado a sentirse asustada, ese hombre la doblaba tanto en edad como en tamaño y no había nadie ahí a quien pedir ayuda.
El hombre borró su sonrisa, se acercó a ella y soltó una risa sarcástica -asi que eso piensas...- la tomo del rostro y se acercó aún más -si no fueras tan linda ya te abría roto el rostro, pero sería una lastima que ese belleza que tienes se dañe solo por qué no puedes cerrar la boca, no lo crees?-
Ella guardó silencio, el miedo en su interior incrementaba cada vez más pero no lo demostraba.
-ya que no puedes cerrar esa boquita tuya por qué no la usas para algo mejor?- su voz cargada de picardía y esa sonrisa tan desagradable que le brindó combinada de su olor que era una mezcla se tabaco y alcohol le revolvieron el estómago, quería irse de ahí.
-que tal si vamos a un hotel? Tienes suerte que está noche gane una buena apuesta, podríamos pasar la noche juntos, yo pagó-
Al escuchar esas palabras su corazón se detuvo un momento, sin pensarlo levantó su rodilla golpeando justo en la parte íntima del hombre haciendo que la soltará, no espero ni un segundo y comenzó a correr, a pesar de que no era muy tarde no había nadie por las calles, corrió hasta llegar a un callejón obscuro, sabía que ese hombre la alcanzaría rápidamente una vez se compusiera por lo que no era una opción seguir corriendo, tenía que ocultarse, corrió hacia el callejón y se ocultó detrás de unas cajas y contenedores que habían ahí.
Después de un par de minutos vio al hombre pasar mientras maldecia por el golpe y por dejarla ir, una vez dejo de escucharlo salió lentamente asegurandose que se hubiera ido, cuando estuvo segura soltó el aire que sin darse cuenta había estado reteniendo.
Sintió ganas de llorar, a pesar de que el peligro había pasado se seguía sintiendo asustada, miro a su alrededor y ahí fue que notó que no estaba sola, al fondo del callejón vio a un chico alto, no lograba distinguirlo bien puesto que estaba obscuro pero lograba ver el humo que salia de su boca, no supo por cuánto tiempo se quedó mirándolo pero hubiera sido más de no ser porque este la interrumpio.
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𝔖𝔦𝔢𝔪𝔭𝔯𝔢 𝔞 𝔱𝔦
RomanceElegir entre el amor de tu vida y tu alma gemela nunca será una decisión fácil... Camilla es la prueba de ello