CAPÍTULO 23

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*Narra Agatha

Este fin de semana sería mi cesaría para por fin poder tener a mi hija en mis brazos y eso me alegraba, pero también me entristecía el hecho de que Patrick no estuviera aquí, había pasado un mes desde su desaparición y la policía no tenía ni la más mínima idea de dónde podría estar.

Al principio de la investigación, les conté todo lo que sabía del pasado de Patrick y se suponía que ese fue el punto de partida de su investigación.

El comandante dijo que ya había logrado contactar con la policía en Brasil y que trabajarían en conjunto para poder encontrarlo, pero no había dado resultados.

Jeremy y Antonella eran los encargados de tenernos informados de la investigación, en cuanto Jeremy se enteró de que Patrick había desaparecido tomo un avión para acá y ha estado viviendo con Antonella y Dominica.

También habíamos estado en contacto diario con Carlos y su familia, Carlos intentó conseguir información con sus socios que tenían negocios turbios además de las bebidas, pero ninguno parecía conocer al hombre para el que Patrick solía trabajar, así que ellos tampoco habían logrado nada porque nadie conocía el nombre de la persona esa, ya que Patrick nunca lo dijo, ni siquiera lo mencionó cuando contaba su historia.

—.—.—.

Narra Patrick

Luego de la pelea, Axel me ayudó a curar mis heridas, se veía bastante asustado por verme así, pero la verdad es que yo no me sentía tan mal.

Después de eso, ambos comimos lo que John había ordenado que nos mandaran para poder tener energía.

— ¿Seguro que estás bien Patrick? -

—Sí, no te preocupes Axel, pero mañana temprano iré a ver a José, él es el médico que nos atiende para que sanemos antes de las próximas peleas.

—Gracias por cuidarme Patrick.

—No hay de qué Axel, a mí me hubiera gustado que alguien me cuidara cuando era más joven.

— ¿Planeas tomar todas mis peleas? -

—Por ahora sí, pero desde mañana iremos al gimnasio de abajo para que te vaya enseñando lo que sé por si algún día John ya no me deja tomar tus peleas, al menos podrás defenderte por ti mismo.

Axel asintió y seguimos comiendo.

—.—. —
A la mañana siguiente les pedí a las guaruras que nos abrieran la puerta para que pudiéramos ir a la enfermería y después al gimnasio, luego de unos minutos en los que consultaron a John se abrió la puerta y pudimos salir por fin del cuarto.

Subimos a la enfermería y toque la puerta.

—Ya veo que volviste Patrick-

—No fue por voluntad propia José, me encontraron y no tuve opción.

—Déjame ver en qué te puedo ayudar, pasen.

Después de la curación, José me aseguró que no tenía ninguna fractura y que con antibióticos y hielo me sentiría mejor en unos días. Le agradecí sus atenciones y llevé a Axel al gimnasio.

—Cuéntame Axel… ¿Cómo fue tu primera pelea? - pregunté mientras entrabamos juntos al gimnasio.

—Pues fue bastante rápida, yo fui el último en entrar al cuadrilátero y mi contrincante era un chico bastante musculoso, alto y rubio. Cuando inició la pelea, lo primero que hizo fue darme un puñetazo en el estómago y yo caí, entonces empezó a patearme hasta que me desmayé por el dolor y lo último que recuerdo es despertar en la enfermería muy adolorido, pero José fue muy amable y se aseguró de que me alimentarán para que me pudiera recuperar mejor, porque el señor John no me quería alimentar porque no gané mi pelea.

—Bueno, hoy tendremos una especie de lucha.
—Le pedí de favor a un amigo que me ayudará para enseñarte cómo debes defenderte.

—Hola Patrick— dijo Andrés que estaba detrás de mí.

—Gracias por ayudarme Andrés - le dije mientras nos abrazábamos.

—No hay de que, sé que no es culpa tuya y me sorprende que quieras ayudar a este niño.

—Bien Axel, ahora Andrés y yo simularemos una pelea para que puedas ver las maneras en las que puedes defenderte cuando te atacan.

Después de ver eso, le dije a Axel que ahora él tendría que luchar contra Andrés mientras yo lo guiaba para que no resultará herido. Aunque Andrés modero bastante su fuerza para no lastimar al niño, yo seguí dándole instrucciones de como atacar y defenderse y después de una hora estaba exhausto.

—Creo que ya fue suficiente por hoy, gracias por tu ayuda Andrés.

—No hay porque Patrick, cuídate Axel.

Andrés salió del cuadrilátero y yo me quedé con Axel tendido en la lona.

—Es bastante complicado y cansado Patrick-

—Lo sé Axel, pero es mejor que aprendas aquí a que aprendas en las peleas de verdad, por eso vamos a venir diario al gimnasio, pero no todos los días vas a pelear, también deberás trabajar con las máquinas para aumentar tu masa muscular.

—Sí Patrick - Axel era bastante sumiso, aunque yo le aseguré que nunca le haría daño, seguía teniendo miedo de los demás, incluso le temía a Andrés, pero yo sé que él tampoco le haría daño si no es en una pelea.

Después de eso, Axel se duchó y volvimos a nuestro cuarto para poder desayunar. Aunque yo sabía que podíamos salir, prefería que Axel estuvieran en el cuarto o salir con él por si en los pasillos se encontraba con Tomás pudiera defenderlo, porque Tomás era capaz de atacarlo, aunque no fuera en una pelea… Tomás disfrutaba herir a las personas y no dejaría que lastimara al niño.

Pasamos el resto de la tarde platicando sobre nuestras vidas. Yo le conté todo sobre Agatha y que iba a ser padre, mientras él me contaba su historia y por qué terminó trabajando para John.

Resultó que sus padres eran adictos y ninguno de los dos trabajaba, así que Axel había empezado a trabajar desde muy chico porque su padre se lo exigía para poder solventar sus adicciones. Cuando no lograba conseguir suficiente dinero, su padre lo golpeaba y no lo dejaba entrar a su casa hasta que le llevará las drogas o dinero para comprarlas, un día conoció a John y decidió huir y trabajar para John para tener un techo permanente.

Parecía ser que todos los que terminábamos trabajando para John habíamos tenido una infancia horrible.

—Tú no te preocupes Axel, ahora estás conmigo y haré todo lo posible por sacarte de aquí, pero aún no sé cómo.

— ¿Y si no resulta Patrick? -

—Si ese es el caso, yo asumiré toda la culpa para que a ti no te hagan daño.
—Todo va a estar bien Axel.

Su mirada dibujaba una esperanza que me enternecía mucho, debía hallar una manera de huir de aquí pronto y se me vino una idea a la cabeza… Una Revolución, pero necesitaría convencer a la mayoría de los peleadores para que esto pudiera tener alguna posibilidad, si no lo único que lograría es que John nos mate a Axel y a mí.

SIÉNTEME (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora