Pov Woojin
Estábamos en otra calle y mi vista seguía en la nada, estaba totalmente nublada y seguía agarrado de la mano de mi hermana.
Mi dolor hacia Suhee y de haberla perdido no eran tanto como lo que estaba ahora Onjo, ella perdió a todos incluso a su padre y ahora había perdido a su hermana.
No puedo comparar todo mi dolor con lo que estaba sintiendo todo ella ahora. Yo aún tenía a mi hermana y lo agradecía.
POV Onjo
Con todo el dolor que tenía ya solo quería rendirme, ya había perdido a todos los que me quedaban, quería estallar y llorar hasta ya no más poder, pero de todas maneras aún ayudaba a mis amigos, ayudaba a Suhyeok con Daesu debido a su herida.
— Espera — suhyeok se paro y yo lo mire preocupada — Namra se fue — el se fue corriendo a la otra dirrección y yo lo seguí
Llegamos dónde estábamos anterior mente y en acierto, Namra se encontraba ahí, pero era escalofriante lo que veíamos.
— Oye namra…— la llamé y ella soltó al zombie que tenía — por qué estás aquí sola? — pregunté acercándome un poco más — Vámonos
— No te acerques — soltó dandome la espalda
— Ven con nosotros…hmm — insistí pero ella grito nuevamente que no me acercará
Ella se dió la vuelta y tenía todo su rostro ensangrentado, ella vino corriendo hacia mi y Haci callendo las dos.
— Namra soy yo…Onjo — intentaba quítame la de encima con las fuerzas que tenía pero no podia, al igual que Suhyeok que intentaba apartarla
— Namra no lo hagas
Al no poder apartarla suhyeok la soltó y agarro la pala entre sus manos y le apuntando a Namra, lo ví y sabía que el no iba a tener el atrevimiento de golpearla, sin no puse más resistencia y Namra se acercó a mi cuello.
Ella se separó mientras lloraba de la frustración.— Muerdeme…no me importa —en verdad no me importaba, ya no tenía a nadie quien me acompañará o quién me esperara con los brazos abiertos, no tenía a nadie — está bien namra
— Onjo, Onjo estás bien — se acercó Suhyeok una vez que Namra se paró y comenzó a caminar en dirrección opuesta
Me pare y junto a Suhyeok comenzamos a perseguir la, el gritaba su nombre pero no había respuesta, no sabíamos a dónde puedo haber ido.
[ … ]
Llegamos hasta las villas de un tren después de haber caminado tanto. Al final de estas había un ejército de soldados que nos apuntaron a lo que nosotros solo alzamos las manos, mientras caminaba hacia ellos lo único que estaba en mi cabeza era la muerte de mi padre y junto a ella la de mi hermana.