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A la mañana siguiente, antes del desayuno, Tom esperó en la sala común a que Lestrange diera la cara. Era conocido por despertarse el último, así que la sala común estaba convenientemente desierta.
Tom se paró donde no pudiera ser visto, usando el elemento sorpresa como uno de sus muchos métodos de intimidación. Lestrange apenas logró entrar en la sala antes de que Tom lo arrojara furioso contra la pared y le clavara las garras en el cuello. Lestrange mantuvo la cabeza alta, pero tenía miedo.
—"Eres un maldito idiota. ¿Cómo te atreves a dudar de mí?" —preguntó Tom, desatando la oleada de ira que había acumulado durante la noche mientras mandaba a Lestrange al suelo retorciéndose de dolor.
—"Lo siento", — se atragantó Lestrange, tratando desesperadamente de contener sus gritos. Tom sabía que no podía usar una maldición imperdonable en los terrenos de la escuela, así que hizo lo siguiente mejor: se infiltró en la mente de Lestrange de tal manera que le hizo creer que estaba sufriendo un dolor horrible a pesar de que no se estaba usando ninguna maldición o hechizo real contra él. Este acto era una de las muchas habilidades únicas de Tom. —"¡Lo siento, mi señor! ¡Por favor!
—"No tocarás ni un pelo de su cabeza. Ni se te ocurra dirigirle la palabra, ¿entiendes?" —preguntó Tom. Lestrange asintió, entre gruñidos y jadeos. —"Si lo haces, sufrirás formas de tortura tan inimaginables que suplicarás que te mate".
Cualquier confianza en Lestrange de la noche anterior se borró de la existencia cuando Tom se colocó sobre él, reafirmando el poder que nadie se atrevería a cuestionar de nuevo.
—"Sí, mi señor"—, susurró Lestrange, sintiendo una sensación de alivio mientras empezaba a recuperar el aliento. Satisfecho, Tom salió de la sala común y se dirigió al Gran Comedor como si nada hubiera pasado.
—"¿Le has contado lo que me dijiste?" —le preguntó Melissa a Alexandra, observando como Tom se acercaba a ellas.
—"No",— admitió Alexandra. —"No es importante".
—"Sí que lo es, tú-".
—"Creo que es la primera vez que llegas tarde a algo",— saludó Alexandra a Tom, ignorando a Melissa.
—"No llego tarde, es el desayuno",— se defendió Tom mientras llenaba su plato. —"Estaba pensando que podríamos quedar después de clase para empezar a trabajar en el encantamiento patronus, si te parece bien, claro".
—"Por supuesto", —aceptó Alexandra. No había intentado su patronus recientemente, pero esperaba que recordar su reciente viaje a Hogsmeade la ayudara a conseguirlo.
Algo en la actitud de Tom a lo largo del día le pareció extraño a Alexandra. Parecía enfadado, pero era un tipo de enfado diferente; un tipo de enfado que ninguno de los dos reconocía.
Ese día sólo tenían dos clases, así que la jornada transcurrió con bastante rapidez. La pareja se dirigió a la Sala de Menesteres, sin esperar ninguno de los dos lo que se encontrarían a su llegada. Tom ni siquiera notó el cambio de escenario al entrar en la sala.
—"Hay algo que debo discutir contigo", —dijo, levantando la cabeza para mirar a Alexandra, que seguía de pie en la puerta, con los ojos muy abiertos mientras recorría la habitación con la mirada.
—"Esta habitación",— afirmó sin aliento, examinando los espejos que recubrían las paredes, los arcos dorados sobre su cabeza y la hermosa lámpara de araña que colgaba sobre una chimenea que le proporcionaba una sensación de calidez a pesar de no estar encendida.— "Me resulta tan... familiar".
—"¿Has estado aquí antes?" —preguntó Tom, viéndola caminar lentamente hacia un espejo en concreto situado en una esquina de la habitación. Ella negó con la cabeza, mirándose casi sin alma en el espejo.
—"¿Ves esto?"— Preguntó, examinando el reflejo que no sólo la mostraba a ella, sino a varias personas que la rodeaban. No podía ver sus caras, pero le pareció reconocerlos. Todos vestían túnicas, la mayoría Gryffindors, un Ravenclaw y un Slytherin. Al examinar la imagen más de cerca, se dio cuenta de que su reflejo llevaba una túnica de Gryffindor.— "Tom..."
—"Te veo a ti y a mí", —afirmó él, confundido por lo que a ella le llamaba tanto la atención.
—"¿No ves a toda esta gente?" —Preguntó ella, extendiendo la mano hacia el espejo. Su reflejo no se movió, pero, en cambio, su mano se encontró con la del misterioso chico vestido de Slytherin. Su otra mano voló sobre su boca mientras una oleada de sentimientos la abrumaba. Empezó a llorar, pero sonrió, acercando la otra mano al espejo y encontrándose con la de un chico vestido de Gryffindor. Tom vio cómo ella buscaba desesperadamente algo o a alguien que él no podía ver, mientras reconocía por fin que se estaban mirando en el Espejo de Oesed. —"Dios, parecen tan reales".
—"Este espejo es peligroso. Hace más mal que bien",— le dijo Tom, con el corazón roto al verla aferrarse a un pasado que nunca recordaría del todo. —"Quizás deberíamos volver a la sala común".
—"Pero..." —protestó Alexandra, esforzándose increíblemente por recordar las caras y los nombres de las personas que deseaba conocer. Sabía que recordar sólo la lastimaría, pero no podía evitar preguntarse si ser constantemente curiosa era peor. —"No puedo dejarlos. No otra vez".
—"No son reales", —afirmó Tom, cogiéndole las manos y apartándolas del espejo.
—"No", —gritó ella, intentando sin éxito apartar las muñecas del agarre de Tom antes de darse por vencida y caer sobre su pecho llorando.
—"Lo siento", —le dijo Tom, abrazándola mientras la habitación se transformaba a su alrededor en un entorno más familiar. Cuando ella empezó a calmarse, él sacó su varita y pronunció en voz baja un hechizo demasiado familiar que realmente esperaba no tener que volver a utilizar. En un instante, todos los recuerdos del espejo desaparecieron y fueron sustituidos por un nuevo recuerdo de Lestrange amenazándola ese mismo día. Este nuevo recuerdo no sólo explicaría su angustia, sino que también la mantendría alejada de Lestrange en el futuro. —"Te juro que no volverá a hacerte daño".
—"No fue para tanto, no sé por qué me alteré tanto por eso",— dijo Alexandra, secándose las lágrimas.— "Lo siento."
—"No hace falta que te disculpes, amor",— aseguró Tom, suspirando aliviado al verla sonreír de nuevo. —"¿Empezamos a practicar, entonces?".
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4. Holding on
Random¿Qué habría sido de Alexandra River si Tom Riddle no la hubiera enviado de vuelta a 1996? Secuela de la serie 'touch' Traducción Autorizada por : @modern-july