jimin no sabe como paso. pero dejo de ser el típico badboy de la universidad, para ser el bebé del director jeon; quien ama corregir el mal comportamiento de su alumno
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——ya terminé—– susurró jimin bajito, empujando su plato hacia el frente de forma tímida
Jungkook solo Suspiro pesado, viendo el pescado totalmente intacto. hace más de 30 minutos que termino de comer y estaba en la espera de que su menor termine para levantarse de la mesa, pues no le tiene la confianza suficiente como para dejarlo solo cerca de la salida trasera de la casa
Al principio pensó que el chico estaba ganando tiempo, pues masticaba extremadamente lento; pero luego de unos minutos, se dio cuenta de que es así como realmente come, pues se veía muy concentrado en masticar
Todo ese tiempo se quedó observándolo, analizándolo, jimin era apuesto. eso no se podía negar, rostro perfecto y perfilado, nariz pequeña, pómulos altos, y mejillas algo rellenas, labios gruesos, y un sedoso y abundante cabello rosa... pero había algo, Algo que atraía a jeon jungkook
Quizás era su extrema necesidad O obsección de dominar
Quizás la exitante valentía y rebeldía de jimin
Talvez sea su sumisión oculta
O quizás sea aquel brillo de inocencia en sus ojos que solo el puede ver
Sea cual sea la razón, jeon jungkook estaba totalmente perdido por un pequeño mocoso malcriado y adorable
——Termina tu jugo, y ve a cumplir tu castigo—— con un suspiro de alivio, (pues jimin pensaba que jungkook lo obligaría a comer ese horrendo pescado que lo veía fijamente), jimin se bebió todo el jugo de un solo sorbo, y se levantó de la mesa para darle una pequeña reverencia a jungkook, y salir corriendo hasta su lugar de castigo
——¡park!, te juro que si termino de ordenar, y aún no has terminado conocerás a mi cinturón, y el esta muy ansioso por verte—– dijo jungkook de forma sarcástica, no hubo necesidad de gritar, pues jungkook vivía solo y muy alejado; asique jimin lo escucho a la perfección, y un escalofrío recorrió todo su cuerpo
Rápidamente empezó a escribir, duda mucho de que pueda terminar a tiempo, y eso lo tiene sumamente nervioso, en definitiva, no quiere conocer el cinturón de jungkook
Mientras, jeon recogía los platos de la mesa con total calma, tarareando una melodía de música clásica que le recuerda a unos de sus músicos favoritos
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42 veces, ¡¡había escrito lo mismo 42 putas veces!!, y sus delicados deditos ya no podían más, pero aún así no dejaba de escribir
