Estaba esperanzada a que el secuestrador me ayudara a escapar, así que decidí poco a poco ganarme su confianza. Mi familia era muy humilde, por lo que consideraba casi imposible que reunieran el monto requerido para mi rescate. Ultimamente el secuestrado mayor se retiraba constantemente, así que el otro era el que me vigilaba todo el tiempo. Se sentaba en las escaleras del sótano y no se movía de ahí hasta que llegaba el secuestrador mayor. En un momento de valentía que tuve, decidí dirigirle la palabra y tratar de entablar conversación. Al principio no me fue fácil pero después de un tiempo, cedió.
Ignoraba el tema de mi secuestro, le preguntaba sobre su vida, si tenía familia, entre otras cosas; hasta bromeabamos, lo cual era irónico.
Ya habían transcurrido 3 meses así que consideré que era oportunidad de pedirle que me ayudara a escapar. Creo que lo había convencido porque a pesar de no haberme dicho un si rotundo, no me cerró las posibilidades.
El día que se suponía ibamos a crear el plan, justo ese día no regresó; ni al día siguiente; ni a la semana siguiente. El otro secuestrador llevaba una semana y cuatro días en que tampoco bajaba. Ya no tenía comida. Estaba muy angustiada. Una noche depronto oí un ruido; era el secuestrador adulto que traía un bulto grande en su espalda. Cuando me vio, me sonrió y tiró bruscamente ese bulto pesado y se retiró. Yo, curiosa, lo abrí. Por Dios, era el otro secuestrador, mi unica salida... Mi unica esperanza estaba ahí, sin vida. Había una nota que decía que aquel que traicionara la lealtad de un jefe, correría el mismo destino de una rata de alcantarilla. Y... Yo era la siguiente rata.
Debía escaparme a como diera lugar.
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Dolor color magenta
Short StoryLlevo encerrada en este pozo cerca de 4 meses. Aún recuerdo el último día que vi a mis padres; me despedía de ellos como era habitual, antes de tomar el bus para ir a la preparatoria. Ese día, cerca de las 6 de la tarde, me dispuse a regresar a casa...