The beginning of the end. 1/2

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¿Cuánto tiempo llevaban conviviendo? ¿Medio año, tal vez? Bueno, de ser así... ¿Por qué mierda se sentía tan enamorado? Los primeros tres meses pensó que era un capricho, quería decir... Que te guste alguien atractivo es normal, ¿no?...

¿Qué cosas decía? Claro que lo era. Pero con el paso del tiempo... Solo se hizo más fuerte hasta que finalmente empezó a entender que quizá, solo quizá, era un enamoramiento genuino. Sus sentimientos eran genuinos.

Cosa que lo molestaba, no porque aún le tuviera odio. De cierta manera, lo pudo perdonar. Le costó mucha terapia, confianza y más, pero pudo hacerlo: cambiar su parecer acerca del chico. Aunque, claramente, si cambiaba de parecer, quería que solo fueran amigos. El hecho de haberse enamorado no estaba en sus planes a futuro, ya fuera un futuro cercano o lejano.

Sus pensamientos se interrumpieron con la llegada de un nuevo cliente. Lo saludó de manera animada mientras este entraba para ver la tienda de regalos. Él siguió al chico con la mirada, pero su vista fue interrumpida por el rubio que, de manera cortés y amable, le preguntó al recién llegado si acaso había algo en lo que podría ayudarle. Una amplia sonrisa adornaba su rostro, mientras sus ojos brillaban, o quizá solo era el filtro que Dipper le ponía al chico. Sinceramente, Dipper podría verlo estando este casi muerto, y aún así lo vería como lo más perfecto de este mundo.

—Bien dicen que el amor es ciego... —susurró para sí mismo, mientras se perdía en la sonrisa del chico.

—Uhmm... ¿Disculpa? —Un cliente llamó su atención, provocando que su rostro se pusiera rojo de la vergüenza y lo mirara con rapidez.

—¡Mis disculpas! Oh... Ejem, ¿listo para pagar? —El chico asintió mientras pasaba sus productos para que Dipper anotara y le dijera cuánto debía—. Tres camisas, estatua de pez zorro y estatua de león con cabeza de lobo y patas de gallo... Bien, serían 14,000 dólares.

Decir que el cliente se puso pálido era decir poco; parecía que se desmayaría en cualquier momento. Dipper se preparó, se tragó un suspiro y no tardó nada en recibir cinco gritos e insultos acerca del precio. Eso se veía venir, así que solo se preparó para sacar a relucir su apellido.

—No lo comprende, señor. —Dipper le miró a los ojos, y antes de recibir otro reclamo por haber sido llamado "señor", Dipper siguió con su estafa—. Estas camisas están hechas con la lana de una oveja araña de las montañas. Ella yace en cuevas y se alimenta de personas. Fue muy duro conseguirla para poder hacer esas camisas que son completamente artesanales.

Su contrario le miró con sorpresa, fascinado por las palabras del joven, pero antes de que siquiera pudiera cuestionarse la veracidad de sus palabras, Dipper siguió hablando, decidido a vender aquello y ganarse esos 14,000 dólares.

—Además de lo claramente difícil que fue conseguir esa tela, estas pequeñas estatuas de animales también fueron difíciles de hacer, pues tuvimos que estar día tras día en una exhaustiva búsqueda de los animales para tenerlos de referencia. Ya que, por si no lo sabe, en este pueblo esos híbridos son muy comunes. También debemos conseguir el mejor tipo de madera, para que no se rompa con facilidad.

Eso era una mentira muy grande, pues la madera era la madera más barata que podía haber en el mercado, pero el cliente ya se lo creía por completo.

—Además, ¿ve lo peluda que se ve la cabeza del lobo? ¿O en el zorro? Ese pelo es completamente real de esos animales.

El joven ingenuo se veía completamente embelesado, sonriendo y ávido del humo que le vendían. Decidió pagar los $14,000 y retirarse, jactándose de su compra como si fuera la octava maravilla del mundo.

Seeking your forgiveness. (Billdip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora