Prólogo

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¿Cuántas veces hemos escuchado que cuando una chica se queda en una relación tóxica es porque le gusta? O que se las juzga por no irse. En realidad, incluso yo fui una de esas personas que juzgaban y señalaban a aquellas chicas, hasta que me toco transformarme en una. Porque hicieron falta demasiados insultos, gritos y faltas de respeto de todas clases para darme cuenta de que estaba en una relación tóxica. E hizo falta mucho más para poder salir de ella.

El día en el que lo conocí le hable sin saber que cambiaría el rumbo de mi vida. Él fue el primer chico del que me enamoré, sin embargo no fue mi primer amor, y nuestra relación fue todo menos color de rosa. Esta se sintió como una montaña rusa de emociones, pero de esas que dan miedo, se sintió como viajar en avión por primera vez y vivir tu primera turbulencia, como ver una araña, o como ser arrastrado por una ola gigante sin saber donde terminarás.

Lucas De La Cruz era un chico roto, y a mí nadie me dijo que las personas rotas no se reparan, que por más que intentará repararlo; jamás lo lograría, y que estas personas suelen romper a otras. Pero ahora ya es demasiado tarde, ya que tuve que aprenderlo por mi cuenta, ahora estoy rota también y no creo que nadie pueda arreglarme, ni yo misma. 

Por si algún día me amasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora