Capitulo I

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Recuerdos

-Mami! – Corría hacia ella llena de emoción.

-¡No me toques! – Mis pies se frenaron en seco.

-Mami, la nana dijo que…

-No me importa lo que dijo tu nana, ¡mírate! – Apretó mi mano muy fuerte y me puso frente a un espejo – estas toda andrajosa y sucia, pareces una criada, ¡Que vergüenza que los demás te vean haci y sepan que eres mi hija!

Lagrimas corrían como ríos por aquellos pequeños ojitos, triste por la fuerte declaración de su madre, cuando pensó que seria felicitada por su madre por haberle ganado a su nana en un carrera y termino terriblemente regañada.

-Señora- Apareció Clotilde, un sirvienta pelinegra de ojos aceituna, con su pequeño hermano en brazos.

-¿Qué le paso a mi pequeño, por que esta tan sucio?- dijo mi progenitora Adaline tomando a mi hermano en brazos.

-El niño Lucien se ensucio mientras comía, iba a cambiarle en este momento.

-Vete, yo lo hago- Se dirigió a ella con desprecio palpable en el ambiente. 

-Como ordene – sus ojos denotaban una lastima profunda por mi– Puedo llevarme a la niña Freya.

-Ella – vio a mi lugar con poco interés – Llévatela  y haz que deje de llorar como maricona o el señor se va a enojar.
La vi alejarse con Lucien, dejando a una niña de seis años llorando a todo lo que da.

No le importo, mi vida se a tratado de hacer todo por impresionarlos, para que se sientan orgullosos de mi, que los lores Francesco y Adaline Fernsby, por fin me dieran su aprobación, pero nunca fui suficientemente buena para ellos, un logro mío, no valía ni la mitad de lo que valía un intento de Lucien.

-Niña – Mi nana Esme, entro a mi alcoba viéndome muy preocupada- ¿Por qué llora?

-Por nada, nana estaba dormida y acabo de despertar eso es todo.

-No me mientas, e estado contigo toda tu vida y se identificar cuando mi niña esta mal -Mi dulce nana, una mujer de sonrisa dulce, cabello castaño con varias canas por todo los años que a pasado, ojos cafés llenos de vida y un corazón inmenso.

-Ya sabe por que es – trate de sonreír con todas mis fuerzas aunque creo  que no salió muy bien.

-A los señores les cuesta ver lo maravillosa hija que eres, pero puede asegurarte que cuando lo vean no te soltaran nunca más.

-Tu tampoco me mientas nana, han tenido años para darse cuenta de eso y nunca, jamás se les paso por la cabeza.

-Pero me tienes a mi, sabes perfectamente que te adoro como la hija que nunca tuve y daría mi vida por ti de ser necesario.

-Lo se nana, pero es duro ver como a Lucien le dan el amor que yo nunca e podido tener.

-Hay mi niña – Dejo un suave beso en mi frente y con mi cara entre su manos dijo – Yo siempre le daré el amor que sus padre por quien sabe que motivos no han podido … ahora vístase y péinese que los señores la esperan abajo.

-No han venido mis damas.

-Ya voy a llamarlas, despreocúpese – Verla irse por la puerta, era volver al dolor en el que me estaba metiendo antes de que llegara.

Cualquiera diría deja de recordarlo, te torturas por que quieres, pero no es fácil olvidar todos los desplantes que me han hecho, lo intento pero los recuerdos vuelven sin pedirlo o quererlo.

Los recuerdos vuelven a mi, como piedras en mi cabeza y corazón que no me dejan seguir adelante, pero como podría olvidar si esa situación con los años cambio mínimamente.

Ser vestida como una muñeca frente a ese espejo solo me provocan ganas de correr, perderme y que nadie vuelva a saber de mi, que dulce suena esa idea, pero jamás e vivido sola, realmente no se lo que es trabajar sin descanso todos los días y eso me provoca un sentimiento de mucho miedo.

Bajar y ver sus rostros llenos de hipocresía me provoca nauseas, nunca e sido hipócrita con nadie, prefiero ser directa cuando de mis sentimientos se trata, pero frente a mi padre no puedo hacer más que agachar la cabeza y tragarme todas mis palabras como espinas que cortan mi garganta.

-Freya – Mi padre me invitaba a sentarme a su lado, el se veía feliz con mi presencia.

-Seguro padre – Algo iba a pasar eso es más que seguro, y muy seguramente no me va a gustar.

-Si, siéntate a mi lado – En mi interior había algo que no me terminaba de encajar, el no puede ser amable conmigo de un día a otro solo por que si – Sírvanle el desayuno a mi hija.

Mi niña interior bailaba en mi pecho, estaba feliz de sentirse aceptada por su familia, pero mi yo de dieciocho años me decía, no te dejes engañar.

-Freya, Lucien les queremos comentar que hoy en la noche tendremos muchos invitados importantes.

-Por eso desde ayer todos están corriendo en la casa.

-¿Madre, a que se debe esa celebración?

-Es en honor a uno de los invitados, es un importante socio de vuestro padre y quisimos agradarlo con un fiestecita.
Parecíamos una familia normal, conviviendo y riendo, es la primera vez que siento que tengo un lugar, lo que hubiera dado la freya pequeña por sentir esto, pero ya no soy pequeña, ya no necesito su amor.

Sali de aquella habitación sintiendo un monto de sensaciones extrañas, esperanza pero a la vez perdida, no creo poder describirlo con exactitud, ni siquiera creo que alguien que no sea yo lo entienda.

-Se veían muy felices niña.

-Nana me asustaste.

-Perdóneme mi niña, pero ve tenia razón, la están aceptando y reconociendo que usted es una gran persona.

-Nana en mi interior siento que hay algo que esta mal, pero no sabría decir que es.

-Tenga fe mi niña, ellos están cambiando.

-Lo que digas nana.

Mi querida nana, tiene tanta fe en las personas que me cuesta creer que existe alguien tan bueno como ella en este mundo, estoy agradecida con la vida por que haberme traído al alguien como ella.

Paseando por el campo recuerdo todos los momentos donde lloraba y ella estaba allí para consolarme, siempre orgullosa de todos mis logros, me escuchaba por horas, cuando nadie más tenia la paciencia para hacerlo con abrazos y besos me entregaba a al mundo de los sueños, ella es mas que mi madre y creo que si tuviera que escoger entre la vida de mi nana y mi madre, escogería a la mujer que me dio su amor incondicional todos los días de mi vida.
El día voló sin siquiera darme cuenta el crepúsculo se asomaba por los horizontes.

Otra vez frente a ese espejo, en el que solo verme me torturaba la vida por que no hacia más que recordarme que era una muñequita a la que vestían y peinaban, que estaba a merced de las decisiones de los demás.
Las criadas elogiaban mis vestidos y mis joyas, pero no saben que todo eso tiene el precio de la soledad y el desamor.
-Esta lista señorita – Me sacaron y me llevaron detrás de unas enormes puertas donde esperaban mis progenitores y mi hermano.

-Padres, buenas noches – Ambos se dieron la vuelta para verme con sonrisas no propias de su parte hacia mi persona.

-Te vez hermosa mi niña, rivalizas incluso con las princesas mas bellas que hayan existido.

-Tu madre tiene mucha razón hija mía.

-Detesto coincidir con nuestros padres, pero por fin te vez digna de nuestra posición – No se si piensa que es un cumplido, pero no me gusto nada.
Los conozco mejor que ellos mismos y se que se traían algo entre manos.
Entramos por las puertas de caoba blanca, madre y padre primero seguidos por mi hermano y yo. 

-Lord Francesco y Lady Adaline Fernsby - Anuncian mientras pasan por las escaleras.

-Joven Lucien Fernando y Lady Freya Isabel Fernsby – Ocupar un lugar igual al de mi hermano es algo que jamás, ni en mi sueños más locos pude esperar.

Entramos y los ojos de todos estaban puestos en nosotros, podía sentir todas sus criticas sobre mi espalda, aquellos ojos que buscaban encontrar el mínimo defecto en ti.

Los músicos comenzaron a tocar, sentí mis nervios al mil por que era la primera vez que se me permitía abrir un baile con ellos, una reverencia y los pasos salieron de forma tan ligera y continua, que me costaba creer que era yo quien estaba bailando.

           There ain´t no gold in this rive
      That I´ve been washing my hands.            i.                       In       forever
    I know there is hope in these Waters
       But I can´t bring myself to swim
      when I am drowning in this silence
               Baby let me in

             Go easy on me, baby
              I was still a child…

Me concentre en mi, en los sentimientos que me producía cada nota, era inexplicable como me sentía por que era una relación de muchos sentimientos a la vez.

Cada nota, cada paso era tan extraño, sentir que pertenezco a su familia que a pesar de ser dos polos opuestos lograron aceptarme, ellos rubios y yo pelirroja, ellos ojos azules y los míos grises.

Apenas me di cuenta cuando la primera canción termino, era mi momento de irme y desaparecer, pero por muy extraño que parezca no me dejaron.

-Hija mía, no te vayas – Mi hermano me sostenía el brazo, mientras mi padre hablaba – mantente cerca de nosotros, hoy es un día muy importante, debes estar con la familia.

-¿Por qué exactamente padre?

-Pronto lo vas a entender, dará mucha felicidad lo que va a suceder.

No pude evitar desconfiar, un sentimiento extraño es instalo en mi estomago, una advertencia de que algo malo va a pasar tal vez.

No, confía en ellos una vez en tu vida, son tu familia es lo correcto, no creo que te vayan a hacer daño, piensa bien freya, no te premedites a los echos.

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Este es un libro original, pase muchísimo tiempo escogiendo cada detalle y espero que sea de su agrado

Publicaré cada semana y media 💝

Hasta la proxima💋

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⏰ Última actualización: Feb 27 ⏰

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